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DANIEL 9

9
Las setenta semanas de años
1El año primero de Darío, hijo de Asuero#9,1: Asuero: Nombre hebreo de Jerjes. Estamos de nuevo ante una cronología peculiar del libro de Daniel, pues en realidad Jerjes I (486-465 a. C.) reinó después de su padre Darío I (522-486 a. C.); pensar que se trata de Darío II (423-404 a. C.), hijo de Jerjes II, es absolutamente inviable., de ascendencia meda y rey del imperio caldeo,#6,1; Est 1,1. 2el año primero de su reinado, yo, Daniel, estuve investigando en las Escrituras sobre los setenta años que tenía que permanecer Jerusalén en ruinas, según la palabra dirigida por el Señor al profeta Jeremías#9,2: profeta Jeremías: Ver Jr 25,11-12; 29,10 y notas correspondientes..#Jr 25,11-12; 29,10. 3Me dirigí al Señor, mi Dios, implorándole con oraciones y súplicas, ayunando, vestido de sayal y cubierto de ceniza. 4Supliqué al Señor, mi Dios, con la siguiente confesión#9,4: la siguiente confesión: Se trata de una oración penitencial (ver Esd 9,6-15; Ne 9,6-37; Ba 1,15—3,8) que tiene toda la apariencia de ser una pieza litúrgica ya compuesta, de la que ha hecho uso el autor.:
— Señor, Dios grande y terrible, que conservas la alianza y la fidelidad con todos los que te aman y guardan tus mandamientos.#Ne 1,5-11; 9,5-37; Ba 1,15—3,8. 5Hemos pecado y cometido maldades. Somos culpables, pues nos hemos rebelado y hemos abandonado tus mandamientos y tu ley.#Ex 20,6; Lv 26,40; Dt 7,9. 6No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros antepasados y a toda la gente del país. 7Tú, Señor, eres justo, mientras que nosotros, la gente de Judá, los habitantes de Jerusalén y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todos los países por donde nos dispersaste a causa de nuestra infidelidad hacia ti, nos encontramos ahora#9,7: nos encontramos ahora: El autor de este capítulo sitúa de nuevo el marco histórico de los acontecimientos en tiempo del destierro de Babilonia. cubiertos de vergüenza. 8Señor, tanto nosotros como nuestros reyes, nuestros príncipes y nuestros antepasados estamos cubiertos de vergüenza, pues sabemos que hemos pecado contra ti. 9El Señor, nuestro Dios, es compasivo y clemente, aunque nos hayamos rebelado contra él 10al no obedecer al Señor, nuestro Dios, ni seguir las leyes que nos dio a través de sus siervos los profetas. 11Israel en masa ha transgredido tu ley, te ha dado la espalda y no te ha obedecido.#Ex 34,6-7; Lv 26,14-38; Dt 28,15-68; Jr 26,4; 44,2-6.
Por haber pecado contra ti, han caído sobre nosotros las maldiciones y amenazas escritas en la ley de Moisés, siervo de Dios. 12Cumpliste las palabras pronunciadas contra nosotros y contra nuestros gobernantes, desencadenando contra nosotros una calamidad de tales dimensiones que lo que le ocurrió a Jerusalén nunca antes había ocurrido bajo el cielo.#Jr 1,12; 35,17; 36,31; Za 1,6. 13Nos ha alcanzado esta calamidad conforme a lo escrito en la ley de Moisés, pues no hemos aplacado al Señor, nuestro Dios, abandonando nuestras iniquidades y reconociendo tu fidelidad. 14El Señor no dudó en desencadenar contra nosotros esta calamidad, ya que el Señor, nuestro Dios, actúa siempre con justicia, pero nosotros no le hemos obedecido.
15Ahora, Señor Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de Egipto con gran poder, ganándote así una fama que todavía perdura, confesamos que hemos pecado y actuado injustamente.#Dt 26,8; Jr 32,20-21. 16Señor, en vista de la justicia que manifiestas en tus acciones, aparta tu ira y tu cólera de Jerusalén, que es tu ciudad, tu monte santo. Nuestros pecados y las iniquidades de nuestros antepasados han convertido a Jerusalén y a tu pueblo en objeto de escarnio entre nuestros vecinos.#Sal 44,14; 79,4. 17Escucha, Dios nuestro, la plegaria y las súplicas de tu siervo. Por tu honor, Señor, mira con buenos ojos#9,17: por tu honor, Señor: Otros traducen con la versión griega: por amor de tus siervos, Señor.— con buenos ojos: Lit. que tu rostro brille sobre. tu santuario desolado.#Is 48,9-11; Jr 14,7-9. 18Señor, presta atención y escucha; abre los ojos y contempla la desolación de la ciudad en la que se invoca tu nombre. No te presentamos nuestras súplicas porque seamos justos, sino confiados en la grandeza de tu misericordia.#2 Re 19,16+.
19¡Escúchanos, Señor! ¡Perdónanos, Señor! ¡Atiende y actúa sin tardanza, Señor! Hazlo por tu honor, Dios mío, pues tu ciudad y tu pueblo invocan tu nombre.
Interpretación de la profecía
20Estaba yo hablando y orando, confesando mi pecado y el de mi pueblo Israel, pidiendo al Señor, mi Dios, que actuase a favor de su monte santo; 21todavía estaba yo orando, cuando Gabriel, aquel a quien había visto antes en una visión, se me acercó volando ágilmente a la hora de la ofrenda vespertina. 22Al llegar, me dijo:
— Daniel, acabo de salir para ayudarte a discernir las cosas. 23Tan pronto como empezaste a orar, se produjo la respuesta, y he venido a comunicártela, pues eres una persona muy apreciada. Así pues, atiende al mensaje y entiende la visión: 24Han sido fijadas setenta semanas para que tu pueblo y tu ciudad santa pongan fin al delito, acaben con los pecados, expíen su culpa, establezcan una justicia eterna, sellen la visión y la profecía y consagren el lugar santísimo#9,24: setenta semanas: Los setenta años de la profecía de Jeremías (ver nota a 9,2) han dado un giro especulativo de setenta semanas (de años), es decir, 490 años. Algunos piensan en el período transcurrido entre el comienzo del destierro y el final del sometimiento político-religioso del pueblo judío. Pero también es posible que el autor se refiera simplemente a períodos más o menos largos, sin ninguna pretensión de exactitud.— lugar santísimo: Lit. santo de los santos: Posible referencia a lo que se narra en 1 Ma 4,36-59..
25Entérate y entiende bien esto: desde que se promulgó el decreto de restaurar y reconstruir Jerusalén hasta la llegada de un príncipe ungido#9,25: príncipe ungido: Este ungido, más tarde eliminado (v. 26a), es identificado por algunos con el sumo sacerdote Onías III depuesto por su hermano Jasón y asesinado por los judíos partidarios de la política de Antíoco IV (2 Ma 4,30-38)., pasarán siete semanas y sesenta y dos semanas. Será reconstruida con sus calles y fosos, pero en momentos difíciles.#Jr 25,12+; 2 Cr 36,21-23. 26Después de las sesenta y dos semanas, el ungido será eliminado.#9,26: será eliminado. El texto hebreo añade sin tener Parece faltar un sustantivo en esa parte del texto hebreo. Algunos suplen la laguna con un juicio; otros con culpa. Las tropas de un príncipe que llegará después destruirán la ciudad y el santuario. Su fin será una catástrofe, pero hasta entonces habrá guerras, pues han sido decretadas devastaciones. 27Pactará con muchos una alianza firme durante una semana; y a la mitad de la semana pondrá fin al sacrificio y a la ofrenda. En un ala [del Templo] implantará la abominación devastadora#9,27: pactará… pondrá fin: Se refiere probablemente a los acuerdos que Antíoco IV pactó con los judíos apóstatas partidarios del helenismo (ver 1 Ma 1,11-15).— un ala [del Templo]: El texto hebreo es oscuro. El contenido entre corchetes es exigido por el contexto. Otros traducen: en un ángulo (del altar).— abominación devastadora: Ver nota a 8,13. hasta que el final decretado se abata sobre el devastador.#11,31; 12,11; 1 Ma 1,45.54; Mt 24,15 y par.

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DANIEL 9: BHTI

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