JEREMÍAS 36
36
El rollo con las profecías de Jeremías
1El año cuarto de Joaquín#36,1: el año cuarto de Joaquín: Existe en este capítulo una evidente tensión narrativa: una doble fecha (36,1.9) y una doble lectura del rollo en el Templo (vv. 8.10). Pero lo que realmente pretende el narrador es describir la reacción del rey a la lectura del rollo., hijo de Josías, rey de Judá, recibió Jeremías la palabra de parte del Señor en estos términos:#25,1.
2— Toma un rollo y escribe en él todo lo que te he dicho relativo a Israel, a Judá y a todas las naciones, desde que empecé a hablarte en tiempos de Josías hasta hoy.#30,2; 51,60. 3Quizá escuche Judá todas las desgracias que he pensado enviarles, de modo que cada cual abandone su mala conducta y yo les perdone sus culpas y pecados. 4Jeremías llamó a Baruc, hijo de Nerías, quien escribió en el rollo todas las palabras del Señor que le dictaba Jeremías.#32,12. 5Después Jeremías le ordenó a Baruc:
— Como estoy preso, no puedo ir al Templo del Señor.#Ver 7,1-20. 6Así que vete tú y lee en el rollo las palabras del Señor que te he dictado. Las lees en presencia de la gente que esté celebrando una jornada de ayuno en el Templo del Señor y de la que haya venido de las ciudades de Judá. 7Tal vez así lleguen sus súplicas ante el Señor y abandone cada cual su mala conducta, porque son enormes la ira y la cólera con las que ha hablado el Señor a este pueblo.#36,3.
8Baruc, hijo de Nerías, hizo lo que el profeta Jeremías le había mandado: leyó en el Templo del Señor las palabras escritas en el libro. 9El año quinto de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, el noveno mes, se proclamó un ayuno ante el Señor para la población de Jerusalén y la gente que había acudido a la capital desde las ciudades de Judá.#Ver 2 Cr 20,3. 10Una vez en el Templo, Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías, desde la sala de Guemarías, hijo del canciller Safán, en el patio superior, a la entrada de la Puerta Nueva del Templo, en presencia de toda la gente.
11Miqueas, hijo de Guemarías y nieto de Safán, oyó todas las palabras del Señor que habían sido leídas. 12Entonces bajó al palacio real, a la sala del canciller, y encontró allí reunidos a los dignatarios: al canciller Elisamá, a Delaías, hijo de Semaías; a Elnatán, hijo de Acbor; a Guemarías, hijo de Safán; a Sedecías, hijo de Jananías, y al resto de dignatarios. 13Miqueas les transmitió todas las palabras que había oído leer a Baruc en presencia del pueblo. 14Entonces los dignatarios enviaron donde Baruc a Jehudí, hijo de Netanías, y a Selemías, hijo de Cusí, con este mensaje para Baruc: “Toma el rollo que has leído en presencia del pueblo y tráenoslo personalmente”. Baruc, hijo de Nerías, les llevó el rollo. 15Ellos le dijeron:
— Siéntate y léelo ante nosotros.
Y Baruc lo leyó ante ellos. 16Cuando oyeron el texto que contenía, se asustaron y decidieron que tenían que comunicar todo aquello al rey. 17Le preguntaron a Baruc:
— Dinos cómo has escrito este texto.
18Baruc les respondió:
— Él me suele dictar todo y yo lo escribo en el libro.
19Dijeron los dignatarios a Baruc:
— Vete y ocúltate junto con Jeremías, y que nadie sepa dónde estáis.
20Después acudieron al rey, por el patio interior, tras haber guardado el rollo en la sala de Elisamá, el canciller, y contaron al rey todo lo sucedido.
21El rey mandó a Jehudí en busca del rollo. Lo trajo de la sala del canciller Elisamá y lo leyó ante el rey y todos los dignatarios que se ponían junto al rey. 22Como era el mes noveno, el rey estaba en la residencia de invierno, y tenía delante un brasero encendido. 23Cada vez que Jehudí leía tres o cuatro columnas del rollo, el rey hacía un corte con el cortaplumas del canciller y tiraba al brasero la parte ya leída, hasta que todo el rollo acabó en el fuego del brasero. 24Pero el rey y los ministros que escuchaban aquel texto ni se asustaron ni rasgaron sus vestiduras#36,24: ni rasgaron sus vestiduras: La fría actitud del monarca, que no manifiesta ningún signo de arrepentimiento, contrasta con el dolor que sintió el rey Josías cuando le leyeron el rollo de la Ley (2 Re 22,11).. 25Elnatán, Delaías y Guemarías habían insistido al rey pidiéndole que no quemara el rollo, pero no les había hecho caso. 26Después el rey mandó a Jerajmeel, príncipe real, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, con la orden de arrestar al secretario Baruc y al profeta Jeremías. Pero el Señor los ocultó. 27Jeremías recibió la palabra del Señor después de que el rey hubiese quemado el rollo que contenía las palabras que Baruc había escrito al dictado de Jeremías. Le dijo:
28— Toma otro rollo y escribe en él las mismas palabras que estaban escritas en el rollo anterior que ha quemado Joaquín, rey de Judá. 29Luego dirás a Joaquín, rey de Judá: Así dice el Señor: Tú has quemado ese rollo diciendo: “¿Por qué has escrito en él que el rey de Babilonia destruirá esta ciudad y exterminará a las personas y los animales que la habiten?”. 30Pues bien, el Señor asegura a Joaquín, rey de Judá, que no tendrá a nadie que le suceda en el trono de David y que su cadáver quedará expuesto al calor del día y al frío de la noche#36,30: … y al frío de la noche: Estas palabras sobre el trágico fin de Joaquín son mucho más suaves que las de 22,18-19..#8,2; 19,15; (ver 2 Re 24,6.8-17+). 31A él, a sus descendientes y a sus ministros les pediré cuentas de sus pecados, y traeré sobre ellos, sobre los habitantes de Jerusalén y sobre la gente de Judá todas las calamidades que les anuncié, sin que me hicieran caso.
32Jeremías tomó otro rollo y se lo dio al secretario Baruc, hijo de Nerías, que escribió, a su dictado, todo el texto del libro que había quemado Joaquín, rey de Judá. E incluso añadió otras muchas palabras del mismo tenor.
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La Biblia, Traducción Interconfesional (BTI) versión española Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2008 Utilizada con permiso
Jeremías 36
36
El rey Joacim quema el rollo de Jeremías
1Esta palabra del Señor vino a Jeremías en el año cuarto del rey Joacim hijo de Josías: 2«Toma un rollo y escribe en él todas las palabras que desde los tiempos de Josías, desde que comencé a hablarte hasta ahora, te he dicho acerca de Israel, de Judá y de las otras naciones. 3Cuando los de Judá se enteren de todas las calamidades que pienso enviar contra ellos, tal vez abandonen su mal camino y pueda yo perdonarles su iniquidad y su pecado».
4Jeremías llamó a Baruc hijo de Nerías y, mientras le dictaba, Baruc escribía en el rollo todo lo que el Señor había dicho al profeta. 5Luego Jeremías le dio esta orden a Baruc: «Estoy detenido y no puedo ir a la casa del Señor. 6Por tanto, ve a la casa del Señor en el día de ayuno, y lee en voz alta ante el pueblo de Jerusalén las palabras del Señor que te he dictado y que escribiste en el rollo. Léeselas también a toda la gente de Judá que haya venido de sus ciudades. 7¡A lo mejor su oración llega a la presencia del Señor y cada uno se convierte de su mal camino! ¡Ciertamente son terribles la ira y el furor con que el Señor ha amenazado a este pueblo!»
8Baruc hijo de Nerías hizo tal y como le había ordenado el profeta Jeremías: Leyó en la casa del Señor las palabras contenidas en el rollo.
9En el mes noveno del año quinto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, todo el pueblo de Jerusalén y todos los que habían venido de las otras ciudades de Judá fueron convocados a ayunar en honor del Señor. 10Baruc se dirigió al atrio superior de la casa del Señor, a la entrada de la Puerta Nueva, y desde la sala de Guemarías hijo de Safán, el cronista, leyó ante todo el pueblo el rollo que contenía las palabras de Jeremías.
11Micaías hijo de Guemarías, nieto de Safán, escuchó todas las palabras del Señor que estaban escritas en el rollo. 12Entonces bajó al palacio del rey, a la sala del cronista, donde estaban reunidos todos los jefes, es decir, el cronista Elisama, Delaías hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Guemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías, y todos los demás jefes. 13Micaías les contó todo lo que había escuchado de lo que Baruc había leído ante el pueblo. 14Entonces todos los jefes enviaron a Yehudi hijo de Netanías, nieto de Selemías y bisnieto de Cusí, para que le dijera a Baruc: «Toma el rollo que has leído ante el pueblo, y ven». Baruc hijo de Nerías lo tomó y se presentó ante ellos. 15Los jefes le dijeron:
―Siéntate y léenos lo que está en el rollo.
Baruc lo leyó ante ellos. 16Terminada la lectura, se miraron temerosos unos a otros y le dijeron:
―Tenemos que informar de todo esto al rey.
17Luego le preguntaron a Baruc:
―Dinos, ¿por qué escribiste todo esto? ¿Te lo dictó Jeremías?
18―Sí —les respondió Baruc—, él me lo dictó, y yo lo escribí con tinta, en el rollo.
19Entonces los jefes le dijeron a Baruc:
―Tú y Jeremías, id a esconderos. ¡Que nadie sepa donde estáis!
20Después de dejar el rollo en la sala del cronista Elisama, los jefes se presentaron en el atrio, delante del rey, y lo pusieron al tanto de todo lo ocurrido. 21El rey envió a Yehudi a buscar el rollo, y Yehudi lo tomó de la sala de Elisama y lo leyó en presencia del rey y de todos los jefes que estaban con él. 22Era el mes noveno, y por eso el rey estaba en su casa de invierno, sentado junto a un brasero encendido. 23A medida que Yehudi terminaba de leer tres o cuatro columnas, el rey las cortaba con un estilete de escriba y las echaba al fuego del brasero. Así lo hizo con todo el rollo, hasta que este se consumió en el fuego. 24Ni el rey ni los jefes que escucharon todas estas palabras tuvieron temor ni se rasgaron las vestiduras. 25Esto sucedió a pesar de que Elnatán, Delaías y Guemarías le habían suplicado al rey que no quemara el rollo; pero el rey no les hizo caso. 26Por el contrario, mandó a Jeramel, su hijo, a Seraías hijo de Azriel, y a Selemías hijo de Abdel que arrestaran al escriba Baruc y al profeta Jeremías. Pero el Señor los había escondido.
27Luego que el rey quemó el rollo con las palabras que Jeremías le había dictado a Baruc, la palabra del Señor vino a Jeremías: 28«Toma otro rollo, y escribe exactamente lo mismo que estaba escrito en el primer rollo quemado por Joacim, rey de Judá. 29Y adviértele a Joacim que así dice el Señor: “Tú quemaste aquel rollo, diciendo: ‘¿Por qué has escrito en él que con toda seguridad el rey de Babilonia vendrá a destruir esta tierra, y a borrar de ella a toda persona y animal?’ ” 30Por eso, así dice el Señor acerca de Joacim, rey de Judá: “Ninguno de sus descendientes ocupará el trono de David; su cadáver será arrojado, y quedará expuesto al calor del día y a las heladas de la noche. 31Castigaré la iniquidad de él, la de su descendencia y la de sus siervos. Enviaré contra ellos, y contra los habitantes de Jerusalén y de Judá, todas las calamidades con que los amenacé, porque no me hicieron caso”».
32Entonces Jeremías tomó otro rollo y se lo dio al escriba Baruc hijo de Nerías. Baruc escribió en el rollo todo lo que Jeremías le dictó, lo cual era idéntico a lo escrito en el rollo quemado por el rey Joacim. Se agregaron, además, muchas otras cosas semejantes.
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