2 Pedro 1
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Saludo
1Simón#1.1 Simón: lit. Simeón, forma hebrea del mismo nombre. Pedro,#1.1 Pedro: Cf. 1 P 1.1; véase Hch 1.15 n. siervo y apóstol de Jesucristo, saluda a los que han llegado a tener una fe#1.1 Aquí predomina la noción de fe como aceptación de la verdad revelada por Dios (1.12; 2.2,21; 3.2). tan preciosa como la nuestra, porque nuestro Dios y Salvador Jesucristo es justo. 2Reciban abundancia de gracia y de paz mediante el conocimiento#1.2 El autor hace hincapié desde el comienzo en el tema del conocimiento de Dios y de Jesucristo (por ej.: 1.3,8; 2.20-21; 3.18; cf. Jer 9.23-24). Véase Jn 17.3 n. que tienen de Dios y de Jesús, nuestro Señor.
El llamamiento de Dios y sus exigencias
3Dios, por su poder, nos ha concedido todo lo que necesitamos para la vida y la devoción, al hacernos conocer a aquel que nos llamó por su propia grandeza y sus obras maravillosas. 4Por medio de estas cosas nos ha dado sus promesas, que son muy grandes y de mucho valor, para que por ellas lleguen ustedes a tener parte en la naturaleza de Dios#1.4 Cf. 1 Jn 3.2. y escapen de la corrupción que los malos deseos han traído al mundo. 5Y por esto deben esforzarse en añadir a su fe la buena conducta; a la buena conducta, el entendimiento; 6al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la devoción; 7a la devoción, el afecto fraternal; y al afecto fraternal, el amor.#1.5-7 De acuerdo con una forma literaria propia de la época, se enumeran ocho virtudes, que proceden de la fe y culminan en el amor. En estas listas, el primero y el último elemento son los que tienen más importancia. Cf. Ro 5.2-5.
8Si ustedes poseen estas cosas y las desarrollan, ni su vida será inútil ni habrán conocido en vano a nuestro Señor Jesucristo. 9Pero el que no las posee es como un ciego o corto de vista; ha olvidado que fue limpiado de sus pecados pasados. 10Por eso, hermanos, ya que Dios los ha llamado y escogido, procuren que esto arraigue en ustedes, pues haciéndolo así nunca caerán. 11De ese modo se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Autoridad de las enseñanzas
12Por eso les seguiré recordando siempre todo esto, aun cuando ya lo saben y permanecen firmes en la verdad que les han enseñado. 13Mientras yo viva, creo que estoy en el deber de llamarles la atención con estos consejos. 14Nuestro Señor Jesucristo me ha hecho saber que pronto habré de dejar esta vida;#1.14 Cf. Jn 21.18-19. 15pero haré todo lo posible para que también después de mi muerte se acuerden ustedes de estas cosas.
16La enseñanza que les dimos sobre el poder y el regreso de nuestro Señor Jesucristo, no consistía en cuentos inventados ingeniosamente, pues con nuestros propios ojos vimos al Señor en su grandeza. 17Lo vimos cuando Dios el Padre le dio honor y gloria, cuando la voz de Dios le habló de aquella gloriosa manera: «Éste es mi Hijo amado, a quien he elegido.»#1.17 Mi Hijo amado, a quien he elegido: Véase Mt 3.17 n. 18Nosotros mismos oímos aquella voz que venía del cielo, pues estábamos con el Señor en el monte sagrado.#1.17-18 Alusión a la transfiguración de Jesús, presenciada por Pedro, Santiago y Juan (Mt 17.1-8 y paralelos).
19Esto hace más seguro el mensaje de los profetas, el cual con toda razón toman ustedes en cuenta. Pues ese mensaje es como una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que el día amanezca y la estrella de la mañana salga para alumbrarles el corazón. 20Pero ante todo tengan esto presente: que ninguna profecía de la Escritura es algo que uno pueda interpretar según el propio parecer,#1.20 Advertencia relacionada con los falsos maestros del cap. siguiente; cf. 2 P 3.16. 21porque los profetas nunca hablaron por iniciativa humana; al contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios,#1.21 Eran hombres… de parte de Dios: Algunos mss. dicen hablaban como hombres santos de Dios. dirigidos por el Espíritu Santo.#1.21 Cf. 2 Ti 3.16; 1 P 1.11.
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Texto Bíblico: Dios habla hoy © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1994.
2 Pedro 1
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Saludo
1Yo, Simón Pedro, estoy al servicio de Jesucristo, quien me envió a anunciar su mensaje. Reciban mis saludos. Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, ha sido justo y bueno con todos ustedes, pues los hizo confiar en él, como nos hizo confiar a nosotros.
2Le pido a Dios que los ame mucho y les permita vivir en paz, y que ustedes estén siempre dispuestos a conocer más a Dios y a nuestro Señor Jesús.
Vivir como Dios quiere
3Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos, y para que vivamos como él quiere. Dios nos dio todo eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo. Por medio de él, nos eligió para que seamos parte de su reino maravilloso. 4Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. Por medio de ellas, ustedes podrán ser como Dios y no como la gente pecadora de este mundo, porque los malos deseos de esa gente destruyen a los demás.
5Por eso, mi consejo es que pongan todo su empeño en:
Afirmar su confianza en Dios,
esforzarse por hacer el bien,
procurar conocer mejor a Dios,
6y dominar sus malos deseos.
Además, deben ser pacientes,
entregar su vida a Dios,
7estimar a sus hermanos en Cristo
y, sobre todo,
amar a todos por igual.
8Si ustedes conocen a Jesucristo, harán todo eso, y tratarán de hacerlo cada vez mejor. Así, vivirán haciendo el bien. 9Pero quien no lo hace así es como si estuviera ciego, y olvida que Dios le ha perdonado todo lo malo que hizo. 10Hermanos, Dios los ha elegido para formar parte de su pueblo, y si quieren serlo para siempre, deben esforzarse más por hacer todo esto. De ese modo, nunca fracasarán en su vida cristiana, 11y Dios, con gusto, les dará la bienvenida en el reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien reina para siempre.
La verdadera enseñanza
12Por eso yo les seguiré recordando siempre todo esto, aun cuando ya lo saben y siguen creyendo en la verdad que les enseñaron. 13Mientras yo viva, creo que es mi deber recordarles todo esto. 14Nuestro Señor Jesucristo me ha permitido saber que pronto moriré; 15pero yo haré todo lo posible para que ustedes recuerden estos consejos aun después de mi muerte.
16Cuando les enseñábamos acerca del poder de nuestro Señor Jesucristo y de su regreso, no estábamos inventando una historia, sino que con nuestros propios ojos vimos el gran poder de nuestro Señor. 17-18Nosotros estábamos allí cuando Dios el Padre trató a Jesús con mucho honor y mostró lo maravilloso que es él. Y allí mismo, en la montaña sagrada, oímos cuando nuestro grande y maravilloso Dios dijo: «Este es mi Hijo. Yo lo amo mucho y estoy muy contento con él.»
19Por eso estoy completamente seguro de que el mensaje de Dios que anunciaron los profetas es la verdad. Por favor, préstenle atención a ese mensaje, pues les dirá cómo vivir hasta el día en que Cristo vuelva y cambie sus vidas. 20Pero, antes que nada, deben saber que ninguna enseñanza de la Biblia se puede explicar como uno quisiera. 21Ningún profeta habló por su propia cuenta. Al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo.
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Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.