1 Juan 3
3
2. SEGUNDO DESARROLLO TEMÁTICO
(3.1—4.6)
Hijos de Dios
1Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él. 2Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. 3Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
4Todo aquel que comete pecado, infringe también la Ley, pues el pecado es infracción de la Ley. 5Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. 6Todo aquel que permanece en él, no peca. Todo aquel que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido. 7Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 8El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
9Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios.
11Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. 12No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas y las de su hermano, justas.
13Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os odia. 14Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano permanece en muerte. 15Todo aquel que odia a su hermano es homicida y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 16En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
19En esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él, 20pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. 21Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; 22y cualquiera cosa que pidamos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él. 23Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. 24El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
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1 Juan 3: RVR95
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Texto: Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblica Unidas, 1995.
Notas: Notas de Estudio Reina-Valera 95 © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995.
1 Juan 3
3
1Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios,#3.1 Jn 1.12-13; cf. Gl 4.5-7. y lo somos. Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a Dios.#3.1 Jn 16.3; 17.25. 2Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque no se ve todavía lo que seremos después, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque lo veremos tal como es.#3.2 Cf. Col 3.4. 3Y todo el que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, de la misma manera que Jesucristo es puro.
4Pero todo el que peca, hace maldad; porque el pecado es la maldad.#3.4 Maldad: Aquí se da a esta palabra un sentido especial: es la oposición a Dios, propia del tiempo final (cf. 2 Ts 2.3-8). 5Ustedes ya saben que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados,#3.5 Jn 1.29; cf. 1 P 2.24. y que él no tiene pecado alguno.#3.5 Jn 8.46; 1 P 2.22; cf. 2 Co 5.21; Heb 4.15; 7.26. 6Así pues, todo el que permanece unido a él, no sigue pecando; pero todo el que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido.#3.6 Se presenta la consecuencia del razonamiento de los vv. 1-5: la unión con Cristo es incompatible con el pecado. Cf. v. 9, y véase 1 Jn 1.5 n.; cf. también Ro 6.1-14. 7Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo; 8pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio.#3.8 Jn 8.44. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo.#3.8 Heb 2.14.
9Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. 10Se sabe quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo, porque cualquiera que no hace el bien o no ama a su hermano, no es de Dios.
2. El mandamiento del amor
11Éste es el mensaje que han oído ustedes desde el principio: que nos amemos unos a otros.#3.11 Jn 13.34; 15.12; cf. 1 Jn 2.7-11. 12No seamos como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Pues porque los hechos de Caín eran malos, y los de su hermano, buenos.#3.12 Gn 4.8; cf. Heb 11.4.
13Hermanos míos, no se extrañen si los que son del mundo los odian.#3.13 Los odian: Jn 15.18-25; 17.14. 14Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida,#3.14 Jn 5.24. y lo sabemos porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama, aún está muerto. 15Todo el que odia a su hermano es un asesino,#3.15 Es un asesino: Cf. Mt 5.21-22. y ustedes saben que ningún asesino puede tener vida eterna en sí mismo. 16Conocemos lo que es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros;#3.16 Dio su vida por nosotros: Jn 10.11; 15.13; cf. Gl 2.20. así también, nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. 17Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón? 18Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos.#3.17-18 Cf. Dt 15.7-8; Stg 1.22; 2.14-17.
19De esta manera sabremos que somos de la verdad, y podremos sentirnos seguros delante de Dios; 20pues si nuestro corazón nos acusa de algo, Dios es más grande que nuestro corazón,#3.20 Más grande que nuestro corazón: Dios supera al hombre en compasión y capacidad de perdonar (cf. 1 Jn 1.8—2.2). y lo sabe todo.#3.20 Lo sabe todo: Cf. Sal 7.10; 139.1-12. 21Queridos hermanos, si nuestro corazón no nos acusa, tenemos confianza delante de Dios;#3.20-21 Cf. 1 Jn 4.17. 22y él nos dará todo lo que le pidamos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.#3.22 Jn 14.13-14; 15.7,16; 16.23-24. 23Y su mandamiento es que creamos en su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como él nos mandó.#3.23 Como él nos mandó: Jn 13.34; 15.12,17. 24Los que obedecen sus mandamientos viven en él, y él vive en ellos. Y en esto sabemos que él vive en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.#3.24 1 Jn 4.13; cf. Jn 17.21-23,26. Por el Espíritu que nos ha dado: Ro 8.14-16; 1 Co 2.10-12.
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