1 Samuel 1
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Elcana y su familia
1Había un hombre llamado Elcana que vivía en Ramá, en la región de Zuf#1:1 Así aparece en la versión griega; en hebreo dice Ramataim-zofim; comparar 1:19. ubicada en la zona montañosa de Efraín. Era hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, de la tribu de Efraín. 2Elcana tenía dos esposas: Ana y Penina. Penina tenía hijos, pero Ana no.
3Cada año Elcana viajaba a la ciudad de Silo para adorar al Señor de los Ejércitos Celestiales y ofrecerle sacrificios en el tabernáculo. Los sacerdotes del Señor en ese tiempo eran los dos hijos de Elí: Ofni y Finees. 4Cuando Elcana presentaba su sacrificio, les daba porciones de esa carne a Penina y a cada uno de sus hijos. 5Sin embargo, a Ana, aunque la amaba, solamente le daba una porción selecta#1:5 O Debido a que amaba a Ana, él le daba una porción selecta. El significado del hebreo es incierto. porque el Señor no le había dado hijos. 6De manera que Penina se mofaba y se reía de Ana porque el Señor no le había permitido tener hijos. 7Año tras año sucedía lo mismo: Penina se burlaba de Ana mientras iban al tabernáculo.#1:7 En hebreo a la casa del Señor; también en 1:24. En cada ocasión, Ana terminaba llorando y ni siquiera quería comer.
8«¿Por qué lloras, Ana? —le preguntaba Elcana—. ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás desanimada? ¿Solo por no tener hijos? Me tienes a mí, ¿acaso no es mejor que tener diez hijos?».
Oración de Ana por un hijo
9Una vez, después de comer lo que fue ofrecido como sacrificio en Silo, Ana se levantó y fue a orar. El sacerdote Elí estaba sentado en su lugar de costumbre junto a la entrada del tabernáculo.#1:9 En hebreo del templo del Señor. 10Ana, con una profunda angustia, lloraba amargamente mientras oraba al Señor 11e hizo el siguiente voto: «Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, si miras mi dolor y contestas mi oración y me das un hijo, entonces te lo devolveré. Él será tuyo durante toda su vida, y como señal de que fue dedicado al Señor, nunca se le cortará el cabello#1:11 Algunos manuscritos agregan Él no beberá vino ni bebidas alcohólicas.».
12Mientras Ana oraba al Señor, Elí la observaba 13y la veía mover los labios. Pero como no oía ningún sonido, pensó que estaba ebria.
14—¿Tienes que venir borracha? —le reclamó—. ¡Abandona el vino!
15—¡Oh no, señor! —respondió ella—. No he bebido vino ni nada más fuerte. Pero como estoy muy desanimada, derramaba ante el Señor lo que hay en mi corazón. 16¡No piense que soy una mujer perversa! Pues he estado orando debido a mi gran angustia y a mi profundo dolor.
17—En ese caso —le dijo Elí—, ¡ve en paz! Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.
18—¡Oh, muchas gracias! —exclamó ella.
Así que se fue, comenzó a comer de nuevo y ya no estuvo triste.
Nacimiento y dedicación de Samuel
19Temprano a la mañana siguiente, la familia se levantó y una vez más fue a adorar al Señor. Después regresaron a su casa en Ramá. Ahora bien, cuando Elcana se acostó con Ana, el Señor se acordó de la súplica de ella, 20y a su debido tiempo dio a luz un hijo a quien le puso por nombre Samuel,#1:20 Samuel suena como el término hebreo que significa «pedido a Dios» u «oído por Dios». porque dijo: «Se lo pedí al Señor».
21Al año siguiente, Elcana y su familia hicieron su viaje anual para ofrecer sacrificio al Señor y para cumplir su voto. 22Pero Ana no los acompañó y le dijo a su esposo:
—Esperemos hasta que el niño sea destetado. Entonces lo llevaré al tabernáculo y lo dejaré allí con el Señor para siempre.#1:22 Algunos manuscritos agregan Lo ofreceré como nazareo para siempre.
23—Haz lo que mejor te parezca —acordó Elcana—. Quédate aquí por ahora, y que el Señor te ayude a cumplir tu promesa.#1:23 Así aparece en los Rollos del mar Muerto y en la versión griega; el texto masorético dice que el Señor cumpla su promesa.
Así que ella se quedó en casa y amamantó al niño hasta que lo destetó.
24Cuando el niño fue destetado, Ana lo llevó al tabernáculo en Silo. Ellos llevaron un toro de tres años#1:24a Así aparece en los Rollos del mar Muerto, en la versión griega y en la siríaca; el texto masorético dice llevaron tres toros. para el sacrificio, una canasta#1:24b En hebreo un efa [22 litros o 20 cuartos]. de harina y un poco de vino. 25Después de sacrificar el toro, llevaron al niño a Elí. 26«Señor, ¿se acuerda de mí? —preguntó Ana—. Soy aquella misma mujer que estuvo aquí hace varios años orando al Señor. 27Le pedí al Señor que me diera este niño, y él concedió mi petición. 28Ahora se lo entrego al Señor, y le pertenecerá a él toda su vida». Y allí ellos adoraron#1:28 En hebreo él adoró. al Señor.
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Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, copyright © 2010 by Tyndale House Foundation. Used by permission of Tyndale House Publishers, a Division of Tyndale House Ministries, Carol Stream, Illinois 60188. All rights reserved.
1 Samuel 1
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1 Samuel 1
1¶ Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.
2Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el nombre de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
3Y subía aquel varón todos los años de su ciudad, a adorar y sacrificar al SEÑOR de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes del SEÑOR.
4Y cuando venía el día, Elcana sacrificaba, y daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte.
5Mas a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque el SEÑOR había cerrado su matriz.
6Y su competidora la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque el SEÑOR había cerrado su matriz.
7Y así hacía cada año; cuando subía a la Casa del SEÑOR, la otra la enojaba así; por lo cual ella lloraba, y no comía.
8Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Y por qué no comes? ¿Y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?
9¶ Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y el sacerdote Elí estaba sentado sobre una silla junto a un pilar del templo del SEÑOR.
10Y ella con amargura de alma oró al SEÑOR llorando abundantemente;
11e hizo voto, diciendo: SEÑOR de los ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu esclava, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu esclava, mas dieres a tu esclava simiente de varón, yo lo dedicaré al SEÑOR todos los días de su vida, y no subirá navaja sobre su cabeza.
12Y fue que como ella orara largamente delante del SEÑOR, Elí estaba observando la boca de ella.
13Mas Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y la tuvo Elí por borracha.
14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás borracha? Digiere tu vino.
15Y Ana le respondió, diciendo: No, señor mío; mas yo soy una mujer acongojada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante del SEÑOR.
16No tengas a tu esclava por una hija de Belial; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.
17Y Elí respondió, y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.
18Y ella dijo: Halle tu esclava gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.
19¶ Y levantándose de mañana, adoraron delante del SEÑOR, y volvieron, y llegaron a su casa en Ramá. Y Elcana conoció a Ana su mujer, y el SEÑOR se acordó de ella.
20Y fue que al pasar el tiempo, Ana concibió, y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, {Heb. escuchado de Dios} diciendo: Por cuanto lo demandé al SEÑOR.
21Después subió el varón Elcana, con toda su familia, a sacrificar al SEÑOR el sacrificio acostumbrado, y su voto.
22Mas Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado; para que lo lleve y sea presentado delante del SEÑOR, y se quede allá para siempre.
23Y Elcana su marido le respondió: Haz lo que bien te pareciere; quédate hasta que lo destetes; solamente que el SEÑOR cumpla su palabra. Y se quedó la mujer, y crió su hijo hasta que lo destetó.
24Y después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y un odre de vino, y lo trajo a la Casa del SEÑOR en Silo; y el niño era aún pequeño.
25Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí.
26Y ella dijo: ¡Ruego señor mío! Como vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando al SEÑOR.
27Por este niño oraba, y el SEÑOR me dio lo que le pedí.
28Yo, pues, lo dedico también al SEÑOR; todos los días que viviere, será del SEÑOR. Y adoró allí al SEÑOR.
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