Entonces pondré a prueba a los sobrevivientes.
Los probaré como se pone a prueba la pureza de la plata en el fuego.
Los evaluaré como se evalúa la pureza del oro.
Me llamarán y pedirán mi ayuda
y yo les responderé:
“Este es mi pueblo”.
Y ellos dirán: “El SEÑOR es nuestro Dios”».