Pves que el Chriſto ha padecido por noſotros en la carne, vosotros tãbiẽ estad armados del mismo pensamiẽto; que el que ha padecido en la carne, cessó de pecado: Paraque ya el tiempo que queda en car ne, biua, no à las concupiscencias delos hõbres, ſino à la voluntad de Dios.