℗ Hosanna y Sociedades Bíblicas Unidas, 2005

Spanish - Dios Habla Hoy 2005 (Drama NT)

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 <div class="chapter ch18" data-usfm="MAT.18">
 <div class="label">18</div><div class="ms2">IX. SERM&#211;N SOBRE LA VIDA DE LA COMUNIDAD#18.1-35 Cuarto discurso principal de Jes&#250;s: lo que significa pertenecer a la comunidad de sus disc&#237;pulos (cap. 18); v&#233;ase Introducci&#243;n.</div><div class="mr">(18.1-35)</div><div class="s1">&#191;Qui&#233;n es el m&#225;s importante?</div><div class="r">(Mc 9.33-37; Lc 9.46-48)</div><div class="p"> 1En aquella misma ocasi&#243;n los disc&#237;pulos se acercaron a Jes&#250;s y le preguntaron:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qui&#233;n es el m&#225;s importante en el reino de los cielos?#Lc 22.24.</div><div class="p"> 2Jes&#250;s llam&#243; entonces a un ni&#241;o, lo puso en medio de ellos 3y dijo:</div><div class="p">&#8212;Les aseguro que si ustedes no cambian y se vuelven como ni&#241;os, no entrar&#225;n en el reino de los cielos.#18.3 Mt 19.13-14; Mc 10.15; Lc 18.17. Jes&#250;s presenta como modelo a los ni&#241;os, pues &#233;stos tienen una actitud de confianza y humildad. 4El m&#225;s importante en el reino de los cielos es el que se humilla y se vuelve como este ni&#241;o. 5Y el que recibe en mi nombre a un ni&#241;o como este, me recibe a m&#237;.</div><div class="s1">El peligro de caer en pecado</div><div class="r">(Mc 9.42-48; Lc 17.1-2)</div><div class="p"> 6&#187;A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos peque&#241;os que creen en m&#237;, m&#225;s le valdr&#237;a que lo hundieran en lo profundo del mar con una gran piedra de molino atada al cuello.#18.6 Estos peque&#241;os: Se aplica a los creyentes humildes y sencillos como ni&#241;os (Mt 10.42; 25.40,45). Piedra de molino: piedra superior de los molinos antiguos, que, movida por un burro, se hac&#237;a rodar sobre la piedra inferior. 7&#161;Qu&#233; malo es para el mundo que haya tantas incitaciones al pecado!#18.7 Incitaciones al pecado: Lit. tropiezos; v&#233;ase Lc 17.1&#160;n. Tiene que haberlas, pero &#161;ay del hombre que haga pecar a los dem&#225;s!</div><div class="p"> 8&#187;Por eso, si tu mano o tu pie te hacen caer en pecado, c&#243;rtatelos y &#233;chalos lejos de ti; es mejor que entres en la vida manco o cojo, y no que con tus dos manos y tus dos pies seas arrojado al fuego eterno. 9Y si tu ojo te hace caer en pecado, s&#225;catelo y &#233;chalo lejos de ti; es mejor que entres en la vida con un solo ojo, y no que con tus dos ojos seas arrojado al fuego del infierno.#18.8-9 Exageraci&#243;n intencional; v&#233;ase Mt 5.29-30&#160;n., y cf. Mc 9.43-47. Infierno: V&#233;ase Mc 9.43 nota.</div><div class="s1">La par&#225;bola de la oveja perdida</div><div class="r">(Lc 15.3-7)</div><div class="p"> 10&#187;No desprecien a ninguno de estos peque&#241;os. Pues les digo que en el cielo los &#225;ngeles de ellos est&#225;n mirando siempre el rostro de mi Padre celestial.#18.10 En el juda&#237;smo se dec&#237;a que s&#243;lo los &#225;ngeles de m&#225;s alta categor&#237;a pueden ver el rostro de Dios. Jes&#250;s se&#241;ala que a los peque&#241;os se les da el privilegio de tener como protectores a estos &#225;ngeles. Sobre los &#225;ngeles, v&#233;ase &#205;ndice tem&#225;tico.,#18.10 Algunos mss. a&#241;aden el v. 11: Porque el Hijo del hombre vino a salvar lo que se hab&#237;a perdido, probablemente insertado por influencia de Lc 19.10.</div><div class="p"> 12&#187;&#191;Qu&#233; les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extrav&#237;a una de ellas, &#191;acaso no dejar&#225; las otras noventa y nueve en el monte, para ir a buscar la oveja extraviada?#18.12 Con respecto a la imagen del pastor, cf. Is 40.11; Ez 34.16, y v&#233;ase Lc 15.4-7&#160;n. A diferencia de Lc, en Mt la par&#225;bola se aplica a la consideraci&#243;n que se debe tener por los extraviados de la comunidad (cf. los peque&#241;os del v. 10). 13Y si logra encontrarla, de seguro se alegrar&#225; m&#225;s por esa oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. 14As&#237; tambi&#233;n, el Padre de ustedes que est&#225; en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos peque&#241;os.#18.14 Estos peque&#241;os: V&#233;ase 18.6&#160;n.</div><div class="s1">C&#243;mo se debe perdonar al hermano</div><div class="r">(Lc 17.3)</div><div class="p"> 15&#187;Si tu hermano te hace algo malo, habla con &#233;l a solas y hazle reconocer su falta. Si te hace caso, ya has ganado a tu hermano.#18.15 Lv 19.17; Eclo 19.13-14. Te hace algo malo: Algunos mss. dicen simplemente hace algo malo. 16Si no te hace caso, llama a una o dos personas m&#225;s, para que toda acusaci&#243;n se base en el testimonio de dos o tres testigos.#18.16 Dt 19.15; 1&#160;Ti 5.19. 17Si tampoco les hace caso a ellos, d&#237;selo a la comunidad;#18.17 La comunidad o iglesia que re&#250;ne a los hermanos en la fe. V&#233;ase 16.18 nota. y si tampoco hace caso a la comunidad, entonces habr&#225;s de considerarlo como un pagano o como uno de esos que cobran impuestos para Roma.</div><div class="p"> 18&#187;Les aseguro que lo que ustedes aten aqu&#237; en la tierra, tambi&#233;n quedar&#225; atado en el cielo, y lo que ustedes desaten aqu&#237; en la tierra, tambi&#233;n quedar&#225; desatado en el cielo.#18.18 Mt 16.19&#160;n.; Jn 20.23. Aqu&#237;, a diferencia de Mt 16.19, los verbos aten y desaten est&#225;n en plural, dirigidos a los disc&#237;pulos.</div><div class="p"> 19&#187;Esto les digo: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo aqu&#237; en la tierra para pedir algo en oraci&#243;n, mi Padre que est&#225; en el cielo se lo dar&#225;.#18.19 Mt 7.7; Mc 11.24; Jn 14.13-14; 16.23; 1&#160;Jn 3.22. 20Porque donde dos o tres se re&#250;nen en mi nombre, all&#237; estoy yo en medio de ellos.</div><div class="p"> 21Entonces Pedro fue y pregunt&#243; a Jes&#250;s:</div><div class="p">&#8212;Se&#241;or, &#191;cu&#225;ntas veces deber&#233; perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? &#191;Hasta siete?</div><div class="p"> 22Jes&#250;s le contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.#18.22 Setenta veces siete: otra posible traducci&#243;n: setenta y siete veces. El uso de un m&#250;ltiplo de siete, n&#250;mero que simbolizaba la perfecci&#243;n, es una manera de decir que para el perd&#243;n no debe haber l&#237;mites. Cf. Lc 17.3-4.</div><div class="s1">La par&#225;bola del funcionario que no quiso perdonar#18.23-35 La par&#225;bola contin&#250;a el tema del perd&#243;n, tratado en 18.21-22. Cf. Eclo 28.3-4.</div><div class="p"> 23&#187;Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. 24Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le deb&#237;a muchos millones.#18.24 Muchos millones: Lit. diez mil talentos (v&#233;ase Mt 25.15&#160;n.). Un talento equival&#237;a a seis mil denarios (o el salario por seis mil d&#237;as de trabajo). Diez mil talentos equivaldr&#237;an a sesenta millones de denarios. La diferencia entre esta suma y la del v. 28 (Lit. cien denarios) es intencionalmente exagerada. (V&#233;ase Tabla de pesas, monedas y medidas.) 25Como aquel funcionario no ten&#237;a con qu&#233; pagar, el rey orden&#243; que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que ten&#237;a, para que quedara pagada la deuda. 26El funcionario se arrodill&#243; delante del rey, y le rog&#243;: &#8220;Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagar&#233; todo.&#8221; 27Y el rey tuvo compasi&#243;n de &#233;l; as&#237; que le perdon&#243; la deuda y lo puso en libertad.</div><div class="p"> 28&#187;Pero al salir, aquel funcionario se encontr&#243; con un compa&#241;ero suyo que le deb&#237;a una peque&#241;a cantidad.#18.28 Una peque&#241;a cantidad: Lit. cien denarios, equivalente a unos tres meses de trabajo de un jornalero (v&#233;ase 18.24&#160;n.). Lo agarr&#243; del cuello y comenz&#243; a estrangularlo, dici&#233;ndole: &#8220;&#161;P&#225;game lo que me debes!&#8221; 29El compa&#241;ero, arrodill&#225;ndose delante de &#233;l, le rog&#243;: &#8220;Ten paciencia conmigo y te lo pagar&#233; todo.&#8221; 30Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la c&#225;rcel hasta que le pagara la deuda. 31Esto doli&#243; mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. 32Entonces el rey lo mand&#243; llamar, y le dijo: &#8220;&#161;Malvado! Yo te perdon&#233; toda aquella deuda porque me lo rogaste. 33Pues t&#250; tambi&#233;n debiste tener compasi&#243;n de tu compa&#241;ero, del mismo modo que yo tuve compasi&#243;n de ti.&#8221; 34Y tanto se enoj&#243; el rey, que orden&#243; castigarlo hasta que pagara todo lo que deb&#237;a.#18.34 Jes&#250;s alude al uso que algunos d&#233;spotas orientales hac&#237;an de la tortura, mediante la cual obligaban a un deudor a revelar el monto total de sus bienes.</div><div class="p"> 35Jes&#250;s a&#241;adi&#243;:</div><div class="p">&#8212;As&#237; har&#225; tambi&#233;n con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de coraz&#243;n a su hermano.#Mt 6.14-15.</div>
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.

En aquella misma ocasión los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
—¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?
Jesús llamó entonces a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo:
—Les aseguro que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos. El más importante en el reino de los cielos es el que se humilla y se vuelve como este niño. Y el que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí.


»A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que lo hundieran en lo profundo del mar con una gran piedra de molino atada al cuello. ¡Qué malo es para el mundo que haya tantas incitaciones al pecado! Tiene que haberlas, pero ¡ay del hombre que haga pecar a los demás!
»Por eso, si tu mano o tu pie te hacen caer en pecado, córtatelos y échalos lejos de ti; es mejor que entres en la vida manco o cojo, y no que con tus dos manos y tus dos pies seas arrojado al fuego eterno. Y si tu ojo te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que entres en la vida con un solo ojo, y no que con tus dos ojos seas arrojado al fuego del infierno.


»No desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos están mirando siempre el rostro de mi Padre celestial.,
»¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿acaso no dejará las otras noventa y nueve en el monte, para ir a buscar la oveja extraviada? Y si logra encontrarla, de seguro se alegrará más por esa oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.


»Si tu hermano te hace algo malo, habla con él a solas y hazle reconocer su falta. Si te hace caso, ya has ganado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a una o dos personas más, para que toda acusación se base en el testimonio de dos o tres testigos. Si tampoco les hace caso a ellos, díselo a la comunidad; y si tampoco hace caso a la comunidad, entonces habrás de considerarlo como un pagano o como uno de esos que cobran impuestos para Roma.
»Les aseguro que lo que ustedes aten aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que ustedes desaten aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.
»Esto les digo: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra para pedir algo en oración, mi Padre que está en el cielo se lo dará. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús:
—Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete?
Jesús le contestó:
—No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

»Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó: “Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo.” Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad.
»Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: “¡Págame lo que me debes!” El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.” Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: “¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti.” Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.
Jesús añadió:
—Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.

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