Nuestra Eternidad Segura预览

Semana 6 - Día 1

Lectura: Juan 17

DEVOCIONAL: Juan 17:3

Y en esto consiste la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

El capítulo 17 del Evangelio de Juan es el último capítulo en el que Juan lo define como “el ministerio privado de Jesús” la manera en la que Juan organizó este argumento fue para describir los hechos del ministerio público ( que incluye los milagros que realizó y esas declaraciones sobre quién era El), y “el ministerio privado” y el arresto de Jesús, el juici, crucifixión y resurrección. La lectura de hoy concluye

la sección de ministerio privado de Jesús donde encontramos a Jesús todavía con Sus discípulos en la última noche juntos, orando al Padre.

En esta oración, Jesús oró primero para que el Padre fuera glorificado por medio de él. Jesús sabía lo que vendría y pidió que el Padre se glorificara a sí mismo glorificando a Jesús. No pidió su propia gloria, sino solo la gloria del Padre. Estos primeros cinco versículos del capítulo 17 están destinados a recordarnos los primeros cinco versículos del Evangelio de Juan. Se nos recuerda la autoridad de Jesús, su papel en la creación, su naturaleza eterna y su regalo de la vida eterna.

A lo largo de este Evangelio también se nos ha dicho una y otra vez que Jesús es el Hijo de Dios y el único camino a la vida eterna. Aquí, recibimos una comprensión más completa de lo que es la vida eterna. Porque la vida eterna describe no solo la duración de la vida, sino su calidad. Nuestra calidad de vida será inigualable, insondable, porque estará definida por nuestra relación con Dios Padre a través de Dios Hijo. Solo a través de Jesús podemos conocer a Dios. No es un tipo de conocimiento intelectual, sino un conocimiento relacional. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús, cuando creemos que Él es el Hijo de Dios que nos ha liberado del pecado a través de Su sacrificio, podemos tener una relación con Él. Nuestra relación con Jesús, el conocerle, nos permite conocer al único Dios verdadero. La vida eterna es una relación con él.

El Evangelio de Juan está a punto de dar un giro. Ya no veremos a Jesús hacer afirmaciones sobre sí mismo o defenderse ante las autoridades religiosas. En cambio, se humilló a sí mismo por el bien del mundo. Jesús oró por sus discípulos y por todos los creyentes antes de que comenzaran estos eventos. Su amor por sus discípulos y todos los creyentes se demuestra no solo a través de su oración, sino a través de los eventos que estaba a punto de soportar para atraer a muchos a sí mismo. Sin su amor por nosotros, la vida eterna no sería posible. Sin el gran amor de Dios por el mundo, no habría enviado a su Hijo a morir en nuestro lugar y ofrecernos la vida eterna con él.