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La pereza se introduce en nuestras vidas por muchas razones diferentes. Tal vez sea porque algo que intentamos es difícil, y no estamos seguros de poder hacerlo. O tal vez no estamos seguros de tener lo necesario para llevarlo a cabo. No importa la razón, cuando la pereza se introduce, amenaza con detener los avances que necesitamos para terminar lo que empezamos. Pero afortunadamente, Dios nos da la oportunidad de enfrentar la pereza con cosas como el entusiasmo y la fuerza. Cuando hacemos equipo con Él, Él nos dará lo que necesitamos para terminar lo que Él nos ha llamado a hacer. ¿Hay un espacio en tu vida donde la pereza se esté asomando? Pídele a un amigo o líder de grupo pequeño que te ayude a responsabilizarte de seguir adelante con entusiasmo y fortaleza.