Identidad Sin FiltrosMuestra

DÍA 1 – SIN FILTROS, PERO CON PROPÓSITO

Devocional:

Vivimos en una generación que mide su valor en likes, seguidores y apariencias. Todo parece tener un filtro: las fotos, las emociones, incluso la manera en que mostramos nuestra fe. Detrás de cada sonrisa perfecta, a veces hay inseguridad, miedo o cansancio. El mundo grita que necesitas verte bien para valer algo, mientras Dios te recuerda que tu valor no necesita edición. Tú ya fuiste aprobado por Aquel que te formó a Su imagen.

Desde el principio, en Génesis 1:26–27, Dios estableció tu identidad: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.” Fuiste creado para reflejar Su gloria, no para impresionar a nadie. Pero muchas veces olvidamos nuestro origen y comenzamos a construir nuestra identidad sobre lo temporal: la ropa, el cuerpo, la aceptación, los logros. Sin darnos cuenta, terminamos viviendo para recibir aplausos, no propósito. Lo que se construye sobre la opinión de otros se derrumba con la crítica más pequeña.

Efesios 2:10 lo dice claramente: “Somos hechura suya.” En griego, esa palabra es poiema, que significa “obra maestra” o “poema”. Eres el poema que Dios escribió con intención, ritmo y propósito. No eres un accidente. Fuiste pensado, diseñado y amado por Dios antes de nacer. Cada rasgo, cada rasguño y cada detalle de tu historia fueron parte del diseño de un Creador que no comete errores.

A veces usamos filtros para protegernos. No solo digitales, sino emocionales: escondemos el dolor detrás del humor, la inseguridad detrás del maquillaje, la soledad detrás del activismo. Pero Dios no puede sanar la versión de ti que finges ser; solo puede transformar la versión que decides traer a la luz. La autenticidad también es adoración, porque refleja Su obra sin distorsión. Cuando decides ser real, Su gracia se vuelve visible en ti.

Cuando Dios llamó a Moisés, él respondió: “No soy elocuente". Cuando llamó a Jeremías, dijo: “Soy demasiado joven". Cuando llamó a Gedeón, se consideró el más débil. Pero en todos los casos, Dios no cambió sus debilidades; simplemente las llenó de propósito. Él no busca versiones “mejoradas” de Sus hijos; busca corazones disponibles. Dios no necesita que te maquilles espiritualmente para usarte, solo que estés dispuesto a ser tú mismo, sin filtro y sin miedo.

Dios no se impresiona con tus logros ni se decepciona por tus caídas. Él no mira tu última foto, sino la obra completa que está formando en ti. Donde tú ves imperfecciones, Él ve belleza redimida. Donde tú ves debilidad, Él ve oportunidad para Su poder.

Hoy, Dios te recuerda que no tienes que esforzarte por ser visto. Ya eres conocido. No necesitas buscar aprobación, ya fuiste aceptado. No tienes que demostrar nada, porque tu valor no viene de lo que haces, sino de a quién perteneces. Vive sin filtros, vive con propósito, vive con la confianza de saber que el Creador te llama por tu nombre.

Oración:

Señor, gracias por recordarme que fui creado a Tu imagen. Perdóname por las veces que intenté encajar donde no pertenecía. Hoy decido quitar mis filtros y presentarme tal como soy. Recuérdame cada día que soy obra de Tus manos y parte de Tu historia. Ayúdame a vivir con autenticidad, reflejando Tu propósito en todo lo que hago. Amén.