Su presencia: Nuestro hogarMuestra

“SU PRESENCIA RENUEVA”

En el primer día, recordamos que su presencia nos trae paz en medio de los cambios.

Hoy, esa misma presencia también renueva lo que el cansancio o la duda desgastan porque, cuando Dios llega a nuestras vidas, su paz no solo calma, nos transforma y fortalece.

Cuando los pensamientos se llenan de ansiedad o agotamiento, recuerda que nuestro Padre nos ama inmensamente como para dejarnos así tal cual nos encontró. Él quiere renovar nuestra mente y nuestras fuerzas, nos invita a mirar desde su perspectiva y dejar que su verdad transforme nuestra manera de pensar.

Una mente renovada no se enfoca en el temor, sino en la esperanza; no repite las mentiras del pasado, sino las promesas del Cielo.

La Palabra nos recuerda en Romanos 12:2:

“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.

Cuando dejamos que el Espíritu Santo renueve nuestros pensamientos, nuestra visión cambia. La transformación comienza en la mente y se refleja en cada decisión.

Jesús también enseñó sobre esta renovación cuando dijo en Lucas 5:37:

“Nadie pone vino nuevo en odres viejos; de hacerlo, el vino nuevo romperá los odres, y el vino se derramará”.

El “vino nuevo” representa la obra fresca del Espíritu Santo: Su revelación, poder y dirección. El “odre viejo” representa nuestros pensamientos antiguos, patrones y formas de hacer las cosas que ya no pueden sostener lo nuevo que Dios quiere derramar.

Jesús nos habla de renovación interior, nos invita a dejar atrás los esquemas viejos, la queja, el miedo y la comparación; y abrir espacio a lo nuevo que Él quiere producir en nosotros.

Dios no derrama vino nuevo en mentes que se resisten al cambio, sino en corazones dispuestos a ser transformados.

En Isaías 40:31, la palabra nos recuerda: “Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”.

Las fuerzas se renuevan en la confianza, no en el control ni en el esfuerzo propio, sino en la entrega.

Oración:

Señor, gracias porque en ti encontramos descanso y renovación.

Hoy, rendimos lo viejo y dejamos que tu paz llene nuestra mente

Declaramos que, donde hay vino nuevo, hay nuevas fuerzas.

Llénanos de fe, esperanza y claridad para que nuestra mente y corazón estén alineados con tu voluntad.

En el nombre poderoso de Jesús. Amén.