Su presencia: Nuestro hogarMuestra

“SU PRESENCIA TRAE PAZ EN EL MEDIO DE LOS CAMBIOS”

Todos pasamos por momentos de cambio, tanto internos como externos: etapas en las que lo que era seguro deja de serlo. Cuando todo a nuestro alrededor se mueve, cuando los planes cambian y las rutinas ya no son las mismas, necesitamos recordar que hay alguien que no cambia: Emanuel, Dios con nosotros.

Al principio de estos procesos, puede haber una comparativa constante y una añoranza por lo que se extraña. La nostalgia a veces nos impide ver lo nuevo que Dios está haciendo en esta temporada. Que lo que más resuene en estos tiempos de cambio o incertidumbre sea esta poderosa declaración: “Su presencia es nuestro hogar, donde encontramos paz”.

Jesús lo declaró en Juan 14:27: "La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni tengan miedo". La paz de Dios no es ausencia de problemas, sino certeza de compañía. Es el reposo del alma el que sabe que Emanuel, Dios con nosotros, está cerca.

La Palabra nos habla en Isaías 26:3: "Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado". Esa paz no se encuentra en el control, sino en la confianza que depositamos en Él.

La paz que no depende del lugar, sino de la relación.

“Si tu presencia no va conmigo, no nos saques de aquí” (Éxodo 33:15). Moisés sabía que, sin la presencia de Dios, ningún destino valía la pena.

“En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” (Salmo 16:11). El rey David nos revela que el gozo no depende de las circunstancias, sino de la comunión constante con Su Espíritu.

Tanto Moisés como David descubrieron que la paz de Dios no se encuentra en una dirección, sino en una relación. Hallamos la verdadera paz y el verdadero gozo en su presencia.

Oración:

Señor, gracias por tu fidelidad.

Tu presencia trae paz donde hay confusión, y gozo donde antes había temor.

Hoy, elijo confiar en que, aunque todo cambie, tu amor y fidelidad permanecen.

Abro mi corazón para verte en cada detalle, en cada transición, en cada paso.

Ayúdame a ser sensible a tu voz y que cada cambio sea una oportunidad para conocerte más y acercarme a tu presencia.

En el nombre poderoso de Jesús. AMÉN.