Instruye Al Niño en Su CaminoMuestra

El Modelo De Dios

Si queremos aprender a criar, debemos mirar primero a Dios. Él no nos pide nada que Él mismo no haga como Padre. Dios no empieza con corrección, empieza con instrucción. No empieza con juicio, empieza con palabra. No empieza con disciplina, sino con dirección. Eso significa que la crianza bíblica no reacciona, sino que prepara.

Cuando Dios le habló a Israel sobre cómo criar hijos, no les dijo “corrijan cuando desobedezcan”, sino: háblales, repíteles, enséñales, muéstrales Mi camino todos los días.
La instrucción no es un discurso de emergencia. Es una siembra diaria, consistente, paciente. Es llenar el corazón antes de pedir obediencia.

Eso es lo que significa Proverbios 22:6:“Instruye al niño en su camino.” No lo abandones a su propia manera de pensar. No permitas que la cultura le dicte identidad. No esperes a que se pierda para corregirlo. Enséñale el camino antes de que tenga que escogerlo.

Pero el libro también recuerda algo clave: cada hijo es diferente. Dios nos llama a enseñar la misma verdad, pero no a todos de la misma manera. La instrucción bíblica no ignora la personalidad, el ritmo, el temperamento ni la historia de cada hijo. Dios no clona hijos; tampoco nosotros deberíamos clonar métodos.

“La disciplina corrige el rumbo, pero la instrucción prepara el camino.”

🙏Oración final

Padre, gracias porque Tú me instruyes con amor antes de corregirme. Enséñame a hacer lo mismo con mis hijos. Dame palabras que formen, paciencia que siembre y amor que sostenga. No permitas que delegue la enseñanza que Tú me has confiado. Amén.