Instruye Al Niño en Su CaminoMuestra

Disciplina al Niño

A veces pensamos que amar a nuestros hijos solo significa abrazarlos, animarlos o enseñarles con palabras. Pero la Biblia nos recuerda algo que cuesta aceptar: también se ama corrigiendo. Dios nos muestra que nuestros hijos no nacen “en blanco”, sino con una naturaleza inclinada al mal. Por eso no basta con guiarlos… necesitan ser disciplinados con amor, verdad y paciencia.

La disciplina no es castigo impulsivo, ni una descarga de enojo. Es un acto intencional, lleno de ternura y firmeza, que busca rescatar el corazón antes de que sea tarde. La corrección duele un momento, pero trae fruto para toda la vida. La Biblia dice que incluso puede librar su alma del mal más profundo (Prov. 23:14). ¿Te das cuenta? Cada vez que corriges con amor, estás salvando futuro, carácter y destino.

No disciplinamos porque estamos cansados de ellos. Disciplinamos porque creemos en quién pueden llegar a ser. La disciplina no rompe la relación: la profundiza… cuando nace del amor.

“No disciplino para controlar. Disciplino porque amo demasiado como para quedarme de brazos cruzados.”

🙏Oración Final
Señor, enséñame a corregir como Tú lo haces conmigo: con paciencia, verdad y amor. Líbrame del enojo y del miedo a disciplinar. Haz que mis hijos puedan sentir Tu corazón a través del mío. Amén.