CULTURA DE ORIGEN Devocional 21 díasMuestra

DÍA 18 — AUTORIDAD: Liderar como Jesús

No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes quiera llegar a ser grande, será su servidor, y el que entre ustedes quiera ser el primero, será su siervo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos». Mateo 20:26-28 NBLA

La autoridad es una palabra que puede despertar emociones encontradas. Para algunos, representa protección y guía; para otros, control, dolor o abuso espiritual. Pero en la Cultura de Origen, el diseño del Reino, la autoridad nunca fue sinónimo de dominio, sino de servicio.

El autor John C. Maxwell afirma que la verdadera autoridad nace de la confianza, no de un título. La autoridad no se impone; se gana. Y Jesús lo modeló a la perfección.

Quizá no te consideres un líder, pero todos ejercemos autoridad en algún momento: en el hogar, en el trabajo, en la amistad, en la iglesia. Tarde o temprano influimos en alguien. Por eso necesitamos regresar al origen del liderazgo según Jesús.

En el Reino, la grandeza no se mide por el control, sino por la capacidad de servir. Jesús enseñó que en Su Reino “los últimos serán primeros” (Mateo 20:16) y que “el que quiera hacerse grande entre ustedes será su servidor” (Marcos 10:43–44). Es decir, la autoridad espiritual no es para controlar, dominar o aplastar al otro, es para guiarlo con amor hacia el corazón del Padre.

El modelo de liderazgo que Jesús nos dejó no oprimía, sino que liberaba. De la misma manera, su liderazgo no humillaba, sino que sanaba. Jesús se enfocaba más en lavar los pies de sus discípulos que en reprenderlos por su falta de entendimiento o de fe en diversas ocasiones.

Parte de vivir bajo la autoridad de Dios es reconocer también los límites de nuestra autoridad humana. Hay situaciones, personas y decisiones que no nos corresponden; momentos en los que debemos dar un paso atrás y recordar que Dios es el único que ve el corazón y que Su autoridad siempre será más justa, sabia y perfecta que la nuestra. Incluso cuando no estemos completamente de acuerdo, nuestro llamado es seguir el ejemplo de Jesús: servir y guiar con humildad, levantando a otros en lugar de oprimirlos.

Volver a la Cultura de Origen es recordar que toda autoridad verdadera fluye del amor: un amor que guía sin forzar, que confronta sin destruir, que sirve sin esperar reconocimiento.

La autoridad que se rinde a Dios siempre se parece a Jesús.

Pregunta para hoy:

¿Estoy ejerciendo la autoridad que me toca con un corazón que refleje el cielo: lleno de humildad, servicio y profundo amor por los demás?