GratitudMuestra

Ora con gratitud al comenzar el día, durante el día y antes de dormir.

“Entró en su casa, y abiertas las ventanas... se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios”
— Daniel 6:10 RVR60.

Hay una belleza silenciosa en la rutina de Daniel: tres veces al día se detenía para agradecer. Normalmente lo hacía cuando todo estaba bien, pero cuando le prohibieron orar, decidió abrir las ventanas y mostrarlo a todo el mundo. Oraba con mucho fervor y frecuencia en medio de la prueba con acción de gracias. Su gratitud no dependía de las circunstancias, sino de una relación profunda con Dios.

Comenzar el día con gratitud abre los ojos del alma para ver la fidelidad de Dios antes de que lleguen las prisas. A mediodía, dar gracias te centra, te recuerda que no estás solo y que Él camina contigo en medio de tus responsabilidades. Y al terminar el día, agradecer nuevamente sana el corazón, calma la mente y te permite descansar en paz sabiendo que el Señor cuidó de ti.

La gratitud es una disciplina espiritual que transforma la perspectiva. Te enseña a mirar con esperanza, a confiar sin ver, y a reconocer la bondad de Dios en los detalles más pequeños.

Hoy, decide vivir con un ritmo de gratitud: al despertar, al avanzar y al descansar. Así también lo hizo el Señor Jesús, dejando un ejemplo para nosotros. Cada momento puede convertirse en un altar donde honras al Dios que nunca deja de cuidar de ti.

Oración

Señor, gracias por este nuevo día. Enséñame a detenerme en medio de mis rutinas para reconocerte, agradecerte y adorarte. Que mi corazón se mantenga sensible a tus bondades y que la gratitud sea el lenguaje de cada etapa de mi día. En el nombre de Jesús, amén.

La versión escogida para leer la Biblia en este plan es RVR1960.