El Precio De La Espera, El Premio De La PacienciaMuestra

El Corazón Bajo Tormento

“La esperanza que se demora es tormento del corazón, pero árbol de vida es el deseo cumplido.” (Pr 13.12).

La esperanza que se demora es tormento del corazón.

¿Por qué una virtud como la espera se siente a veces como una tortura, un tormento?

Aquí algunas razones según la Palabra de Dios:

Nos cansamos de clamar, desfallecen los ojos (Sal 69:3). Vivimos sin paz, olvidamos el bien, perece el vigor, perece la esperanza en Jehová (Lam 3:17-18). Desfallece el espíritu, se agota (Sal 143:7). Los ojos derraman sin cesar lágrimas, porque no hay alivio (Lam 3:49).

¿Lo ves? ¿O incluso te ha pasado? Si es así, puedes notar que no eres el único, a muchas personas en la Biblia les ha sucedido. El salmista se cansó de clamar, sus ojos desfallecían, el espíritu desfallecía, se agotaba. Jeremías también expresó el sentimiento de vivir sin paz hasta el punto de olvidar el bien de Dios.

Esperar es difícil, quisiéramos que lo que deseamos llegara de manera inmediata, confundimos inmediatez con la bondad de Dios. Que lo que deseamos sucediera de inmediato sería lo ideal, pero no necesariamente es lo mejor, a veces lo necesario es el proceso.

Podemos verlo en el trabajo del campo. Imagínate pasar una temporada lejos de la ciudad, vas al campo y tienes la oportunidad de ver cómo los habitantes de ese lugar producen algunos alimentos de la tierra. Observa el proceso, cada detalle y los resultados. Si estuvieras ahí y te propongo que lo imagines mientras sigues leyendo, verías que hacen lo siguiente:

Preparar la tierra. Esto implica limpiar el terreno, quitar las piedras, hierba mala, y cualquier cosa que pueda estorbar el crecimiento de las plantas.

Sembrar. Aquí es donde se hace un hoyo en la tierra y se introduce una semilla. Luego se echa agua sobre la tierra para que la semilla comience a crecer.

Cuidar. Implica esperar que crezca esa semilla y produzca fruto, pero no solo es esperar, en ese tiempo es importante cuidar. En esta etapa se riega con regularidad, echando agua en cantidades que eviten que se seque y a la vez que se ahogue, debe ser la cantidad precisa. Se retira hierba que crezca alrededor que le robe alimento o sol. Se protege de que no le dé mucho o poco sol, y de que insectos, plagas o animales le hagan daño.

Cosechar. Cuando el fruto está listo y maduro, se recolecta para comer o guardar. Es la parte más emocionante porque se disfruta el resultado de todo el trabajo.

Este es de manera resumida, el proceso de la siembra y la cosecha en el campo, pero veamos cómo aplica eso desde el punto de vista de la Palabra de Dios para nuestra vida.

A lo largo de estos 5 días, de la mano de la Palabra de Dios, aprenderemos de como este proceso de la siembra y la cosecha en el campo nos muestra cómo podemos pasar del tormento de la espera al árbol de la vida que es el deseo cumplido.

Por ahora, medita en lo siguiente:

¿Qué es eso que tanto espero y me desespera no recibir?

¿Estoy dispuesto a seguir el proceso de Dios para recibirlo?

Te propongo orar por un corazón dispuesto a seguir la voluntad de Dios.