El Precio De La Espera, El Premio De La PacienciaMuestra

Hoy aplicaremos la enseñanza del campo en nuestra vida. El Señor Jesús, en muchas ocasiones, hizo referencia a este proceso de la siembra y la cosecha. Así que probablemente te sea sencillo comprender como esto puede alentarte a esperar de manera efectiva.
Preparando la Tierra
Vimos que esto se refiere a limpiar el terreno, quitar las piedras, hierba mala, y cualquier cosa que pueda estorbar el crecimiento de las plantas. Bueno, pues en nuestra vida también aplica la misma regla. La preparación de la tierra no es opcional, es la prueba de nuestra seriedad.
Cualquiera que sea el anhelo que tienes, eso que quieres recibir por parte del Señor, necesita tener un terreno óptimo para que lo puedas recibir. Dios no va a darte algo que no puedes tener en un lugar adecuado. Muy probablemente Dios ya tiene lista esa promesa para ti, pero eres tú el que no ha preparado ese terreno para recibirla. Tal vez no te lo estás tomando tan en serio.
Veamos qué puedes hacer para preparar el terreno y estar listo para recibir esa bendición que tanto esperas. Según los expertos del campo, debemos quitar lo que estorba para el crecimiento. Según la Palabra de Dios lo que estorba para el crecimiento, primeramente, es nuestro pecado. La carta a los Hebreos es muy clara: “Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia” (Heb 12:1). No podemos crecer aferrándonos a la hierba mala. Si nosotros tenemos una vida en constante pecado, difícilmente podremos crecer, Dios es misericordioso y nos ama, pero no premia el pecado.
El profeta Isaías nos señala que nuestro pecado hace que Dios aparte su rostro para no oír (Is 59:2). Alguna vez te has preguntado, "¿Por qué Dios no escucha mis ruegos, mis oraciones?" Tal vez debas meditar en esa porción de la Biblia. En el Salmo 66 versículo 18, el salmista reconoce que, si en su corazón hubiera existido pecado, el Señor no lo habría escuchado.
El pecado estorba, es esa hierba mala que envuelve y evita que haya fruto. Así como el labrador arranca la hierba y quita todo lo que le estorba para poder plantar, asimismo debemos arrancar el pecado de nuestra vida, despojarnos de él.
Dios rechaza el pecado, sin embargo, por su amor y su gracia nos perdona si tenemos un corazón sincero y arrepentido. Dice que: “...él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Jn 1:9).
No sé qué es eso que te está estorbando, ese pecado que no te permite crecer, si tú lo conoces, entrégaselo a Dios, reconoce tu pecado, arrepiéntete de él y pídele al Señor que lo arranque de tu vida. Cuando lo hayas hecho y sientas sinceramente que tu corazón está listo, que tu vida está preparada para lo que el Señor tiene para ti, entonces prepárate, porque el Señor comenzará a trabajar en esa tierra que ahora sí está lista para recibir su promesa. Ten un corazón dispuesto para que el Señor trabaje en ti, ahora que tienes un terreno listo.
Mañana estudiaremos lo que se hace en un terreno listo. Por ahora medita en esto:
¿Qué pecados en mi vida están estorbando en mi corazón?
Si los tienes identificados, sé específico y pide a Dios que los arranque de tu vida
El Señor es fiel y justo, te va a perdonar.
Acerca de este Plan

Todos hemos vivido ese sentimiento de desesperación, frustración, desánimo y más, cuando no vemos la respuesta de Dios a nuestras oraciones. Quisiéramos que todo fuera más rápido, más fácil, pero no es así y nos atormentamos. Cualquiera que sea la situación que estás pasando y te hace sentir así, hay una respuesta de parte de Dios para ti en estos momentos. Confía en él. A través de este plan podrás entender cómo, de la mano de Dios, puedes pasar del tormento de la espera al premio por la paciencia.
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Nos gustaría agradecer a Daniel Osorio por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: instagram.com/esavocecita
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