Piedad & ContentamientoMuestra

Mejor Son Dos Que Uno
¡Sola la piedad no puede! Créeme, no es suficiente con tener un nivel de piedad alto; la piedad necesita la ayuda del contentamiento, porque en algún momento de la vida, la piedad es atacada sin clemencia por las presiones de la sociedad en sus diferentes expresiones y medios. La piedad es un pie, el contentamiento es el otro, y para caminar correctamente y avanzar de manera efectiva se necesitan ambos, porque "mejores son dos que uno” (ECLESIASTÉS 4:9 RVR60).
Cuando consideramos el cordón de “tres dobleces”, debemos reflexionar sobre la maravillosa obra de la Trinidad. La acción de cada persona de la Trinidad es el cordón de tres dobleces que mantiene nuestra vida en equilibrio. 'La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén" (2 CORINTIOS 13:14 RVR1960).
El amor del Padre es incomparable; fue su amor lo que lo movió a dar a su propio Hijo para nuestra salvación. La gracia de nuestro Señor Jesús, junto con la obra del Espíritu Santo, manifiestan en nosotros la vida de piedad y contentamiento. Este cordón de tres dobleces afirma, perfecciona, fortalece y establece nuestras vidas sobre un fundamento sólido e inconmovible.
El contentamiento que Jesús nos brinda es majestuoso; lo dejó y lo dio. "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (SAN JUAN 14:27 RVR1960). El contentamiento de Jesús es la manifestación de su paz en nosotros. Mirando la cruz, encontramos el escenario más sublime de contentamiento que haya existido: el momento en que Jesús lo impartió incluso a quienes más lo necesitaban y menos lo merecían.
Jesús dio contentamiento al ladrón arrepentido que lo reconoció en su reino: "Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (SAN LUCAS 23:42-43 RVR1960). También brindó contentamiento a su madre y a Juan, su discípulo amado: "Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa" (SAN JUAN 19:26-27 RVR1960).
El contentamiento más sublime fue el que Jesús extendió a sus verdugos e injuriadores: "Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes" (SAN LUCAS 23:34 RVR1960). Nadie puede producir esperanza eterna en la mente y el corazón como lo hace el contentamiento que proviene de Jesús. Solo Él puede cambiar nuestra manera de emocionarnos y sentir, transformando nuestra vida de forma integral, permanente y verdadera.
La humanidad hoy cree en filosofías vacías, en promesas pasajeras y en soluciones que no satisfacen el espíritu. Pero creer en Jesús nos ofrece salvación verdadera: salvación que abarca la mente, el corazón, el espíritu y la vida eterna. Él es el camino, la verdad y la vida; el único mediador entre Dios y los hombres, capaz de comprendernos como nadie más lo hará, amarnos y aceptarnos tal como somos.
Hemos visto que la piedad y el contentamiento son vitales para mantenernos firmes en el puerto seguro de nuestra vida. La mente y los pensamientos juegan un papel crucial en este proceso. Una mentalidad de piedad y contentamiento será la garantía para superar cualquier adversidad y prueba. Debemos ocuparnos intencionalmente en satisfacer los deseos de nuestro ser interior, recordando:
"Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas" (2 CORINTIOS 4:16-18 RVR1960).
Pregunta para reflexionar
¿Estás caminando con ambos pies —piedad y contentamiento— o solo intentas avanzar con uno, confiando en tu propia fuerza?
Oración final:
Señor, ayúdame a caminar con ambos pies firmes: la piedad que proviene de Ti y el contentamiento que solo Tú puedes dar. Que mi vida refleje tu paz, amor y gracia, incluso en medio de las pruebas. Fortalece mi interior, renueva mi espíritu cada día y haz que mi corazón encuentre descanso en Ti, confiando en que tu presencia me sostiene. En el nombre de Jesús, amén.
Este Plan Bíblico está basado en el libro "SILVER" - Cambiando La Manera De Emocionarse & Sentir". Si te gustaría leerlo, encuéntralo aquí: https://willingtonortiz.org/libros/
Acerca de este Plan

Piedad & Contentamiento te invita a descubrir la verdadera fuente de satisfacción interior. Aprenderás que el contentamiento no depende de las circunstancias, sino de una relación genuina con Dios que transforma las emociones y da propósito al alma. A través de principios de sabiduría ancestral, este plan te ayudará a desarrollar una vida emocional equilibrada, guiada por la piedad, la gratitud y la presencia divina que produce paz en medio de cualquier situación.
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Nos gustaría agradecer a Willington Ortiz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: willingtonortiz.org









