La Gracia Abunda: Esperanza Y Sanidad Para El Abuso SexualMuestra

Nuestro sanador

¿Has temido perseverar con la sanidad del trauma sexual porque los recuerdos son muy dolorosos para volver a pensar en ellos? Quizás te cuestiones si Dios todavía hace milagros o tú has sido testigo de milagros pero te preguntas o tienes dudas si Él haría lo mismo por ti.

Demorar el camino de la sanidad es como ignorar una luz que se enciende en el tablero de tu coche indicando que algo pasa con el motor y esperar que esa luz desaparezca sola. La verdad es que el ataque sexual puede afectar todos los aspectos de tu vida y al suprimir los recuerdos en lo profundo de tu corazón finalmente la herida se vuelve peor.

La Biblia dice en Hebreos 13:8 que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos, lo cual significa que el Dios de la Biblia sigue haciendo milagros hoy en día. El salmista escribe en el Salmo 103 (RVR1960):

“Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”.

El perdón, la sanidad, la redención y la abundancia son beneficios de la cruz. Jehová Rafa, tu Sanador, puede sanar y Él quiere verte sana, fuerte y animada.

La restauración puede ser instantánea, como en el caso de la mujer con el flujo de sangre y a veces tarda más de lo que esperas. La sanidad después del abuso sexual es un camino que a menudo lleva tiempo debido a las repercusiones espirituales, sexuales, físicas y emocionales. Mi camino llevó años de terapia cristiana y tiempo invertido en alabanza, oración y la lectura de la Palabra de Dios. Me rodeé con la familia de la iglesia y me uní a un grupo de apoyo para las víctimas del ataque sexual, que se llama el Grupo GRACIA.

Entre los recuerdos dolorosos, un corazón herido está más inclinado a escuchar los lamentos del dolor emocional que el susurro del Dios que sana. A pesar de esto, la victoria en esta área de tu vida es tan cierta como la resurrección de Jesús. El amor de Dios por ti va más allá de rescatarte de la muerte. ¡Él desea tocar cada área quebrantada de tu vida para sanarte y hacerte nueva!

Querido Padre Celestial,

Dale la paz consoladora de Tu presencia a la mujer que lucha para dar el siguiente paso hacia la sanidad. Que ella pueda escuchar con atención Tu suave voz a medida que Tú la guías en su camino. Dale la fuerza y el coraje para soltar el dolor y la seguridad para confiar en Tu dirección. Bendícela cuando siga la vida abundante que Tú ofreces. Gracias, Jehová Rafa, por Tu mano de sanidad. Oro en el nombre de Jesús. Amén.