Cuando Un Hijo Muere… ¡Sigue VIVO!Muestra

Día 4. Propósito Divino para todos

Nuestro amado Dios nos da un propósito para vivir y otro propósito para partir de este mundo (Romanos 8:28; 2 Timoteo 4:7). De acuerdo a Su palabra, nuestro hijo ya había cumplido el propósito por el que fue enviado a la tierra (Isaías 57:1-2) y El Señor lo llamó para quitarlo de la aflicción de este mundo y tenerlo en Su paz.

No permitamos que nos digan que perdimos a un hijo, porque no se perdió, nosotros sabemos dónde está y que sigue vivo, “Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven” (Lucas 20:38, RVR60).

¡Dios no es Dios de casualidades, es Dios de propósitos! Y propósitos eternos, nuestro hijo retomó su ciudadanía celestial (Filipenses 3:20), sigue obrando en el cielo de acuerdo a la voluntad de Dios y volverá en el tiempo del Señor (1 Tesalonicenses 4:13-18), ¡nos esperan tantos momentos juntos nuevamente, que esta vida es tan solo el comienzo de lo que ha de venir!

Nuestro Señor nos enseña a entregar nuestros hijos para que se cumpla Su propósito; Él dio a Su propio hijo por amor a nosotros, para salvación y vida eterna; Abraham, estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac, como prueba de fe en Dios, como símbolo de confianza en Sus promesas y Su eternidad; así mismo, nosotros podemos descansar en El Señor, sabiendo que nuestro hijo sigue vivo en nuestra mente, corazón y en el cielo, donde está disfrutando todo lo que Dios tiene preparado para los que le aman (1 Corintios 2:9).

Pidámosle a Dios que nos muestre el propósito de la partida de nuestro hijo y honremos su memoria, consolando a otros que pasan por el mismo dolor y acompañando a quienes sufren esta partida.

Oración:

Mi amado Señor, guía mis pensamientos, enséñame a sobrellevar el dolor por la ausencia de mi hijo, ayúdame a entender la nueva vida de mi hijo en el cielo y a darle sentido a mi vida mientras me llamas, quiero descansar en ti, servirte y depender de tu amor para ser fuerte en medio del dolor.