Cuando Un Hijo Muere… ¡Sigue VIVO!Muestra

Día 1. Muertos en vida

Cuando escuchas: "Tu hijo ha muerto”, sientes que tu vida se va con él. Esto fue lo que vivimos cuando nuestra amada hija Ana Sofía partió al cielo a sus 14 años de edad.

Nunca imaginamos el hecho de que nuestros hijos puedan partir antes que nosotros y cuando sucede, nuestra vida, de un momento a otro se convierte en dolor, sufrimiento, ira, confrontación, angustia, culpa, temores, desesperanza, enojo con el mundo, con nosotros mismos, e incluso, enojo con Dios.

No sabemos cómo vivir sin nuestro hijo, nos queda un vacío que nadie llenará, un lugar que nadie ocupará y un amor que nunca acabará.

Solo Dios y quienes pasamos por esta situación podemos entender lo que se vive, lo que se siente y el dolor que causa su ausencia, cada duelo es diferente incluso entre los miembros de la misma familia.

No tenemos fuerzas para continuar, y es nuestro Señor Jesús, quien nos da vida, nos levanta, ayuda, anima y fortalece para seguir adelante (Salmo 34:18), somos bienaventurados porque la consolación que recibimos viene directamente de Dios, (Mateo 5:4) y Sus promesas nos dan la esperanza para poder entender que partir en Cristo, es iniciar la vida eterna en un lugar donde el llanto, la muerte y el sufrimiento no existen (Apocalipsis 21:4).

Oración:

Amado Dios, te entrego mi dolor frente a la ausencia de mi hijo, por favor ayúdame y revélame cómo sobrellevar esta nueva realidad que me sobrepasa.

Ayúdame a entender y a ver la nueva morada de mi hijo, pero, sobre todo, ayúdame a depender de ti, a poner toda mi esperanza en tus promesas y a entender que en mis fuerzas no puedo.