Socios en las Finanzas y en el AmorMuestra

¿Qué creemos sobre el dinero?

El dinero en sí no es el problema; lo que creemos sobre él define cómo lo usamos. En el matrimonio, esas creencias muchas veces chocan: uno piensa que hablar de dinero es malo, mientras el otro cree que todo se mide en cifras.

La Biblia es clara: “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero…” (1 Timoteo 6:10, RVR1960). El dinero no es malo; lo dañino es ponerlo en el centro.

Yo misma lo viví: cuando intentaba emprender o generar más ingresos sentía culpa, porque había crecido creyendo que “el dinero era malo”. Pero un día escuché a un predicador decir algo que cambió mi perspectiva: “El dinero construye hospitales, alimenta niños y sostiene familias”. Ese día descubrí que el dinero no es bueno ni malo en sí mismo; simplemente potencia la intención de quien lo maneja.

Y lo entendí aún mejor al pensar en esto: si tú, como padre o madre, deseas que tus hijos vivan sin deudas, que tengan abundancia, que sean prósperos y que disfruten de la vida, ¿cuánto más nuestro Padre Celestial desea eso para nosotros? Ese es Su corazón: no que amemos el dinero, sino que aprendamos a administrarlo bien para vivir en libertad y bendecir a otros.

Existen tres creencias muy comunes:

1. El dinero es malo. Lleva a evitar hablar de finanzas y vivir sin orden.
2. El dinero es la meta. Alimenta la ambición desmedida y mide el valor de las personas por lo que tienen.
3. El dinero es una herramienta. La visión bíblica: no define quiénes somos, pero revela cómo administramos lo que Dios nos confía.

En el matrimonio, llegar a un acuerdo sobre qué creemos del dinero cambia todo. No se trata de tener cuentas juntas o separadas, sino de tener un corazón unido en la manera de verlo: como una herramienta que debe servirnos, no gobernarnos.

Pregunta para reflexionar

– ¿Qué creencia sobre el dinero gobierna mi vida y mi matrimonio hoy?

Oración

Dios, cambia mis pensamientos sobre el dinero. Líbrame de la ambición y del miedo, y enséñame a ver cada peso como un recurso que Tú me confías. Que en mi hogar aprendamos a usar el dinero como una herramienta para amarte, servirte y bendecir a otros. Amén.