Socios en las Finanzas y en el AmorMuestra

Deudas que atan, honra que libera

Las deudas son como cadenas invisibles: al principio parecen una salida fácil, pero terminan robando la paz de la familia. Muchos matrimonios se llenan de tensión porque el peso de los créditos, intereses y cuentas por pagar se convierten en un tercer invitado en la mesa.

La Palabra es clara: “El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta" (Proverbios 22:7, RVR1960). Eso no significa que toda deuda sea mala en sí misma, pero sí que trae esclavitud si no se maneja con sabiduría. Cada cuota que nos ata a años de pago limita lo que podríamos hacer para servir, soñar y bendecir.

Por eso la Biblia también nos recuerda: “Pagad a todos lo que debéis…” (Romanos 13:7, RVR1960). Dar la cara, hacer planes de pago y cumplir lo que prometimos no solo es responsable, sino honorable. He escuchado testimonios de personas que, por ser fieles y responsables en dar la cara, incluso vieron cómo sus deudas les fueron perdonadas. Como hijos de Dios debemos ser conocidos por nuestra responsabilidad, por nuestra integridad y por cumplir la palabra dada.

Y para no llegar a la esclavitud de las deudas, es necesario aprender a ser organizados: vivir con un presupuesto, no gastar más de lo que tenemos y aprender a ahorrar para lo que queremos comprar en lugar de endeudarnos.

Un hogar que paga sus deudas, es un hogar que refleja el carácter de Jesús. Y aunque salir de deudas puede tomar años, cada paso en esa dirección es un paso hacia la libertad.

Pregunta para reflexionar

– ¿Estoy dejando que las deudas gobiernen mi vida o estoy caminando hacia la libertad para poder honrar a Dios y a mi familia?

Oración

Señor, dame la sabiduría y la disciplina para salir de toda deuda que robe mi paz. Enséñame a ser organizado y a vivir con lo que Tú has puesto en mis manos. Ayúdame a cumplir mis compromisos con integridad y a honrar a mi familia con responsabilidad. Amén.