El Orgullo Antes De La Caída: La Vida De SaúlMuestra

El orgullo se ve amenazado por las virtudes de otro, en lugar de admirarlas y darle gracias a Dios por ellas.
Dios anunció que le retiraría el reino a Saúl y se lo daría a alguien mejor que él (1 S 15:28). El escogido fue David, quien valerosamente enfrentó y asesinó al gigante Goliat que amedrentaba al pueblo, ganándose así el favor de todos.
A partir de allí, David le dio a Israel muchas victorias sobre sus enemigos, provocando los elogios por parte del pueblo que aclamaban: «“Saúl ha matado a sus miles, y David a sus diez miles”» (1 S 18:7). A raíz de esto, los celos y la envidia invadieron a Saúl, quien desde entonces procuró asesinarlo.
Como Saúl, otros personajes de las Escrituras quisieron asesinar a su prójimo movidos por la envidia: Caín mató a Abel (Gn 4:8); Esaú quiso asesinar a Jacob (Gn 27:41) y por envidia los fariseos sacrificaron a Jesús (Mt 27:18). Por eso, Santiago dijo que tener celos es diabólico (Stg 3:15), pues nos hace odiar a nuestro prójimo y todo el que aborrece a otro es un asesino (1 Jn 3:15).
El orgullo silenciosamente nos envenena, nos vuelve tan egocéntricos que no nos importa que las personas sean bendecidas por las virtudes de otro ―como el pueblo fue bendecido por David―, sino que nos molestamos porque esa bendición no se da a través de nosotros ―como Saúl se molestó por no ser él quien le daba victorias a Israel―.
Por eso debemos darle muerte al orgullo fijando nuestra mirada en Cristo, quien nos ama y no precisamente porque seamos buenos, pues, al contrario, nos amó estando muertos en nuestros delitos y pecados (Ef 2:5), siendo viles y menospreciados (1 Co 1:28).
Recuerda que no necesitamos ser mejores que otros para ser amados por Dios. Además, ten presente que Él da dones según su soberana voluntad y determina la medida en que serán utilizados. Así que cambia los celos por admiración, glorifica a Dios por las virtudes de otros y enfócate en ser fiel al Señor, según lo que has recibido de parte de Él.
- Aprende: ¿Por qué el orgullo, la envidia y los celos son abominables y diabólicos?
- Vive: Examínate cuando otros tienen éxito, ¿te alegras genuinamente o te molestas?
- Lidera: Comparte esta enseñanza con una hermana que haya evidenciado envidia en su corazón y oren juntas para que Dios les ayude a sobrellevar esta carga.
Oración
Señor, perdóname por ser orgullosa y haber tenido celos y envidia por otros. Hoy entiendo que es abominable, por eso, te pido que me ayudes a satisfacerme en tu amor por mí, que no depende de mi desempeño. Ayúdame a admirar a aquellos que son mejores que yo, mientras yo me enfoco en serte fiel a ti. Amén.
Acerca de este Plan

Saúl empezó con todo el potencial… pero terminó perdiéndolo TODO. ¿La raíz? ¡El orgullo! Este devocional no es para mirar a Saúl y decir "¡Qué mal!, es para mirarnos al espejo y preguntar: "¿Hay algo de él en mí?". Identifiquemos juntas esos vestigios de orgullo que aún viven en nuestro corazón (sí, esos que a veces se camuflan de buenas intenciones) y descubrir cómo el Señor quiere transformarte de adentro hacia afuera. ¿Lista para dejar tu corona y rendirla ante el Rey de reyes?
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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.reformadas.com









