El Orgullo Antes De La Caída: La Vida De SaúlMuestra

El orgulloso idolatra su voluntad y desobedece los mandatos del Señor.

El reinado de Saúl fue victorioso porque derrotó a muchos enemigos de Israel (1 S 14:47). Pero todo acabó el día en que hizo lo que el pueblo le solicitó y, por tanto, desobedeció el mandato del Señor: en lugar de destruir por completo a los amalecitas, tomó de ellos lo mejor de su ganado para sacrificarlo a Dios. Como respuesta a sus actos, el Señor le habló por medio del profeta Samuel: «-"Porque la rebelión es como el pecado de adivinación, Y la desobediencia, como la iniquidad e idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del Señor, Él también te ha desechado para que no seas rey"» (1 S 15:23).

A Saúl le pareció bueno sacrificar a Dios el botín de los amalecitas, pero para el Señor fue abominable porque al desobedecer su mandato, Saúl fue obstinado y prefirió agradar al pueblo antes que a Dios.

Algo similar sucedió en el Edén cuando Adán y Eva creyeron que no desobedecerían a Dios si tomaban del fruto prohibido; por lo que, engañados por Satanás, vieron como algo positivo intentar ser como Dios (Gn 3:5). Como resultado de su obstinación, la humanidad entera recibió la condenación del pecado. Así de terrible es el orgullo, tanto que estamos siendo idólatras cuando hacemos las cosas por obstinación y orgullo porque ponemos nuestra voluntad por encima de los mandatos del Señor. Nosotras actuamos (más de lo que nos podemos dar cuenta) como Saúl.

La realidad es que el orgullo engaña a nuestro corazón y nos hace creer que estamos en lo correcto. Por eso, debemos decir como el salmista: «Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, Y guíame en el camino eterno» (Sal 139:23-24).

• Aprende: Define con tus propias palabras qué es el orgullo, pero teniendo en cuenta su relación con la idolatría.
• Vive: Identifica situaciones en las que has sido orgullosa, prefiriendo hacer tu voluntad y desobedeciendo el mandato del Señor.
• Lidera: Reflexiona con una hermana de qué manera pueden estar siendo orgullosas e idólatras.

Oración
Señor, te pido perdón por todas las veces que he creído más en mi prudencia y he desobedecido tus mandatos. Te pido que escudriñes mi corazón, mis motivaciones, mis decisiones y me hagas ver si me he dejado llevar por el engaño del orgullo. Muéstrame tu voluntad y ayúdame a obedecerla. Amén.