Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En este salmo de alabanza, el salmista celebra a un Dios que es a la vez eternamente poderoso y tiernamente personal. El mismo Dios que “cuenta el número de las estrellas y a todas ellas llama por sus nombres” es el que “sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”. Él es el soberano de la naturaleza, que da la nieve y el granizo, pero también es el que se deleita no en la fuerza del caballo o del hombre, sino en los que le temen y esperan en su misericordia.

Equipamiento

Este pasaje nos equipa para desarrollar gratitud y confianza en la providencia de Dios. Reconocer su cuidado tangible y espiritual fortalece nuestra fe y nos forma en humildad, paciencia y dependencia de Él, recordando que nada escapa a su atención y que Él obra para nuestro bien.

Al corazón

Cuando me siento abrumado por mis problemas, ¿recuerdo que el Dios que me cuida es el mismo que cuenta y nombra a las estrellas?

¿Intento impresionar a Dios con mi “fuerza”, o entiendo que Él se deleita más en mi dependencia humilde y mi esperanza en Su misericordia?

Misión

Hoy, tu misión es llevar tu corazón quebrantado al Creador. Piensa en una herida o un dolor en tu corazón. En oración, preséntaselo al Dios que “sana a los quebrantados de corazón”. Al mismo tiempo, observa el cielo y la creación, y recuerda que Su poder es más que suficiente para traer sanidad y orden a tu vida.