El Compromiso De Ciudad Del Cabo | Un Recorrido De 30 DíasMuestra

LLAMAR A LA IGLESIA DE CRISTO A VOLVER A LA HUMILDAD, LA INTEGRIDAD Y LA SENCILLEZ
La lectura de hoy es la Segunda Parte, E. 5. Lea aquí.
Andar en la sencillez, rechazando la idolatría de la avaricia
La predicación y enseñanza generalizadas del “evangelio de la prosperidad” en todo el mundo plantean importantes preocupaciones. Definimos el evangelio de la prosperidad como la enseñanza de que los creyentes tienen derecho a las bendiciones de la salud y la riqueza, y que pueden obtener estas bendiciones a través de confesiones positivas de fe y “sembrando semillas” mediante donaciones monetarias o materiales. La enseñanza de la prosperidad es un fenómeno que es común a muchas denominaciones en todos los continentes.
Afirmamos la gracia y el poder milagrosos de Dios, y vemos con beneplácito el crecimiento de iglesias y ministerios que llevan a las personas a ejercer una fe expectante en el Dios vivo y en su poder sobrenatural. Creemos en el poder del Espíritu Santo. Sin embargo, negamos que el poder milagroso de Dios pueda ser tratado como algo automático, o que esté a disposición de técnicas humanas, o que sea manipulado por palabras, acciones, dádivas, objetos o rituales humanos.
Afirmamos que existe una visión bíblica de la prosperidad humana, y que la Biblia incluye el bienestar material (tanto la salud como la riqueza) dentro de su enseñanza sobre la bendición de Dios. Sin embargo, negamos como contraria a la Biblia la enseñanza de que el bienestar espiritual pueda medirse en términos de bienestar material, o que la riqueza sea siempre un signo de la bendición de Dios. La Biblia muestra que la riqueza puede obtenerse a menudo mediante la opresión, el engaño o la corrupción. También negamos que la pobreza, la enfermedad o la muerte temprana sean siempre un signo de la maldición de Dios o una evidencia de falta de fe, o el resultado de maldiciones humanas, ya que la Biblia rechaza esta clase de explicaciones simplistas.
Aceptamos que es bueno exaltar el poder y la victoria de Dios. Pero creemos que las enseñanzas de muchos que promueven vigorosamente el evangelio de la prosperidad distorsionan seriamente la Biblia, que sus prácticas y estilos de vida son frecuentemente contrarios a la ética y al carácter de Cristo, que muchas veces reemplazan la auténtica evangelización por la búsqueda de milagros, y reemplazan el llamado al arrepentimiento por el llamado a dar dinero a la organización del predicador. Nos duele que el impacto de esta enseñanza sobre muchas iglesias sea pastoralmente dañino y espiritualmente malsano. Apoyamos alegre y categóricamente toda iniciativa en el nombre de Cristo que busque la sanidad de los enfermos o la liberación duradera de la pobreza y el sufrimiento. El evangelio de la prosperidad no ofrece ninguna solución duradera para la pobreza, y puede apartar a las personas del verdadero mensaje y del medio de la salvación eterna. Por estas razones, puede ser descrito con justicia como un evangelio falso. Por lo tanto, rechazamos los excesos de la enseñanza de la prosperidad como incompatibles con un cristianismo bíblicamente equilibrado.
Oración de cierre:
Dios generoso, enséñanos a buscar primero tu reino y no los tesoros de este mundo. Líbranos de la inquietud de las riquezas y del control de Mammón. Concédenos sencillez de corazón, satisfacción en tu provisión y alegría en la generosidad. Que nuestras vidas reflejen la paz de Cristo y la confianza de hijos en el cuidado del Padre. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

En un mundo que se reinventa a un ritmo cada vez más acelerado, algunas cosas siguen igual. Este recorrido de 30 días a través del Compromiso de Ciudad del Cabo lo invita a descubrir verdades bíblicas perdurables y a despertar su llamado en la misión mundial de Dios. Arraigado en las Escrituras y moldeado por voces de todo el mundo, cada día ofrece reflexión, convicción y esperanza. Venga preparado para ser desafiado, animado y renovado, por el bien de la iglesia, el mundo y la gloria de Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Lausanne Movement por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: lausanne.org









