Procesados para gobernarMuestra

Llamados para gobernar

Dios nos llamó para cumplir Su propósito, y este es el de gobernar aquí y en la eternidad juntamente con Cristo, pero antes de hacerlo, debemos aprender a gobernarnos a nosotros mismos. El proceso de madurez espiritual no se logra de un día para otro, sino a través de la obediencia diaria y el carácter que el Espíritu Santo forma en nosotros.

Muchas veces decimos:“Yo soy así, y el que me quiere que me aguante”, pero esa actitud no refleja a un verdadero hijo de Dios. El Señor no nos deja como estamos; nos transforma día a día para parecernos más a Jesús. Esa transformación puede ser dolorosa porque implica dejar atrás el orgullo, la comodidad y la rebeldía.

Cada prueba que enfrentamos es una oportunidad para crecer. El objetivo no es que sigas igual, sino que seas cada vez más parecido a Cristo. Si aprendes a obedecer en lo poco —en tu carácter, en tu familia, en tus decisiones diarias— Dios podrá confiarte responsabilidades mayores.

Dios tenía un gran llamado para José, pero antes de cumplir su propósito, él tuvo que pasar por diferentes procesos que trabajaron con su carácter y que fueron claves para llegar al gobierno de Egipto. Muchas veces queremos las bendiciones de Dios, pero no buscamos madurar para recibirlas.

Para reflexionar:

• ¿Estás dispuesto a dejar que Él moldee tu carácter, aunque implique pasar por procesos incómodos?

Oración:

Señor, gracias porque me has llamado a gobernar junto a Cristo. Ayúdame a aprender a gobernarme a mí mismo. Moldea mi carácter, quita de mí el orgullo, la rebeldía y la comodidad que me impiden crecer, quiero ser transformado hasta parecerme más a Jesús. Amén.