Lo Que Solo Mi Dios Puede HacerMuestra

Ya No Puedo Más

“No te des por vencido” o “¡Tú puedes!” son frases que solemos usar para animar a otros. Y aunque suelen decirse con buenas intenciones, para muchos estas pueden convertirse en una carga. Cuando no logramos estar a la altura de esa expectativa, se siente como una derrota.

¿Sabes por qué? Porque no es bíblico.
La Biblia no dice que tenemos que poder con todo. Al contrario, nos recuerda que nuestra fuerza tiene un límite y nos ofrece descansar en nuestro Padre Celestial.

Hoy quiero comenzar diciéndote algo liberador: está bien decir “ya no puedo más”.
Esas palabras no son el final; solo son el comienzo.
Es el primer paso hacia una rendición total —no para rendirte ante la vida, sino para rendirte ante aquel que sí puede, que siempre ha podido, y que ya venció: ¡Cristo!

Hubo un tiempo en el que me encontraba profundamente mal: emocional, mental y físicamente. Llegué a un punto en el que tuve que acudir tanto a un psicólogo como a un psiquiatra. En mi primera sesión, mi psicóloga me dijo algo que nunca olvidaré:
"Irma, estás tomando un papel que no te corresponde. Mientras no le cedas ese lugar de control a Dios, Él no puede obrar."

Con el orgullo del"yo puedo sola" y la carga emocional de sentirme una decepción por rendirme, me di cuenta de algo impactante: había asumido la responsabilidad de hacer un milagro por mí misma. Por más que me esforzara, el milagro nunca iba a suceder.
Mis habilidades son limitadas, mis fuerzas también lo son. Pero mi Dios... a Él nunca se le agotan las fuerzas ni las ideas.

Piénsalo: si tú y yo pudiéramos con todo, ¿para qué necesitaríamos a Dios?

David también llegó a ese punto de quiebre. En el Salmo 69:1–3 expresa su desesperación: dice que las aguas lo habían cubierto y ya no podía más; se rindió. Pero lo hizo en oración. Tomó la decisión de esperar en Dios. ¿Y sabes qué fue lo más glorioso? Ese clamor se transformó en un cántico. De hecho, Salmos significa "cántico de alabanza". Su rendición se convirtió en una canción que muchos después cantarían, invocando al mismo Dios que lo rescató.

¿Lo estás entendiendo?

Tu proceso y el rendirte, no son en vano. Tu historia puede convertirse en una alabanza que testifique lo que solo Dios puede hacer... pero solo si lo dejas a Él obrar. Hoy puedes rendirte ante él con toda honestidad y decirle "ya no puedo más".

Oración
Señor, gracias por tu Palabra, siempre viva y oportuna.
Hoy reconozco que no soy autosuficiente.
Perdóname por las veces que he intentado caminar en mis propias fuerzas.
Hoy decido abrirte mi corazón y rendirme a tus pies.
Confieso que ya no puedo más; te necesito profundamente.
Enséñame a confiar en ti y a caminar sostenido por tu gracia.
Toma, Señor, completo control de mi vida y de cada situación.

Amén.