La Declaración De Seúl | Un Recorrido De 30 DíasMuestra

La persona humana: La imagen de Dios creada y restaurada
La lectura de hoy comienza la Sección IV: La persona humana: la imagen de Dios creada y restaurada.Lea aquí.
Hoy, el mundo está obsesionado con la pregunta: «¿Qué significa ser humano?». Esto hace que la doctrina cristiana de la persona humana tenga una importancia crítica. La forma en que respondamos a esta pregunta tiene profundas implicaciones para nuestro testimonio en el mundo y nuestra vida en la iglesia. Va al corazón mismo de las grandes convulsiones del mundo con respecto a cuestiones como la identidad, la sexualidad humana y las implicaciones del avance de las tecnologías. Una sana doctrina de la persona humana también es vital para hacer frente al creciente fenómeno de líderes que reclaman poderes suprahumanos y una autoridad semejante a la de Dios dentro de la iglesia.
La imagen de Dios es la esencia de ser humano.
Las Escrituras enseñan que los seres humanos han sido creados de manera única a imagen y semejanza de Dios. Esta condición única incluye funciones y responsabilidades de mayordomía en el mundo. El don de ser portadores de la imagen de Dios otorga a todos los seres humanos dignidad, igualdad y valor inherentes, independientemente del sexo, la etnia, la raza, la casta, la edad, las capacidades físicas y mentales y los contextos socioeconómicos y culturales. El Dios trino creó a los seres humanos para que fueran relacionales, incluidas las relaciones personales con Dios y la formación de comunidades. (Gn 1:26-28; 2:15)
Los seres humanos son una unidad física y espiritual integrada, y poseen una dimensión espiritual que complementa a la física. Por lo tanto, rechazamos todo lo que privilegie al cuerpo o al espíritu en detrimento del otro.
Reconocemos que el pecado afecta el grado en que los seres humanos pueden reflejar plenamente la imagen de Dios. El pecado corrompe nuestra naturaleza y capacidades humanas inherentes, nuestras relaciones con los demás y nuestra vocación humana en el mundo. El pecado influye negativamente en las personas para que traten a otros seres humanos como objetos, no como personas con valor intrínseco. En ocasiones, incluso los cristianos han malinterpretado pecaminosamente la imagen de Dios por interés propio para marginar y deshumanizar a otras personas.
Acerca de este Plan

En todo el mundo los creyentes se preguntan: ¿cómo vivir el evangelio hoy? Este plan de 30 días se basa en la Declaración de Seúl para explorar verdades intemporales que abordan retos actuales, como la identidad humana, la paz, la tecnología y el discipulado, sin dejar de ser fieles al evangelio, a las Escrituras y al designio de Dios para la iglesia. Arraigada en la verdad bíblica y en voces de todo el mundo, lo invita a profundizar su fe y a vivir la misión de Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Lausanne Movement por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: lausanne.org









