Pasos para transformar tu vidaMuestra

Mira más allá de ti
Hay una palabra pequeña en este versículo que lo cambia todo: «pero». El salmista reconoce su fragilidad: su cuerpo puede fallar, su corazón puede desfallecer. Esta es la condición humana: la debilidad nos acompaña; tarde o temprano la enfermedad, el cansancio, la ansiedad o la tristeza golpean. Sin embargo, el versículo no termina allí. Entra en escena esa palabra que interrumpe la desesperanza: «pero». “Pero Dios es la roca de mi corazón”.
Ese «pero» es el recordatorio de que mi historia no se define por mis fuerzas, sino por quién sostiene mi vida. El «pero» es el puente que me lleva de la impotencia a la esperanza, del agotamiento a la fortaleza, de la autoconfianza frágil a la dependencia de un Dios eterno. Mirar más allá de ti significa aprender a vivir en ese «pero»: en la certeza de que, aunque lo humano desfallezca, lo divino permanece firme.
Esto nos confronta con la realidad de nuestra impotencia. No podemos resolver todo. No podemos sanarnos solos. No podemos controlar las circunstancias. Si solo nos quedamos mirando nuestra incapacidad, el resultado será frustración. Pero, si decidimos mirar hacia Dios, descubriremos un fundamento que no se mueve.
Ese «pero» no es una negación de la realidad, sino una confesión de fe en medio de ella. El salmista no dice: «mi cuerpo y mi corazón no desfallecerán», sino: «pueden desfallecer… pero Dios es mi roca». La fe no borra el dolor, lo reinterpreta a la luz de la presencia de Dios. La esperanza no elimina las debilidades, sino que las transforma en oportunidades para experimentar la fidelidad del Señor.
Quizá hoy te sientes agotado, como si tu cuerpo y tu corazón estuvieran al límite. No ignores esa realidad; reconócela. Pero no te quedes allí. Pronuncia también el «pero» de la fe: «pero Dios es mi roca». En tu cansancio, Él es tu descanso. En tu fragilidad, Él es tu fuerza. En tu inseguridad, Él es tu herencia eterna.
La clave está en aprender a mirar más allá de nosotros mismos. Mientras más nos enfocamos en nuestras limitaciones, más crece la desesperanza. Pero, cuando levantamos la mirada hacia Dios, descubrimos que lo que parecía un final se convierte en un nuevo comienzo. Ese «pero» abre la puerta a la esperanza eterna.
Oración:
Señor, aunque mi cuerpo y mi corazón desfallezcan, yo declaro que tú eres mi roca y mi herencia eterna. Ayúdame a mirar más allá de mí y a descansar en tu fidelidad. ¡Amén!
Escrituras
Acerca de este Plan

En este devocional de 5 días encontrarás un camino de esperanza para cuando sientas que no puedes más. Cada reflexión te recordará que no estás solo, que tu debilidad no te define y que Dios tiene el poder de transformar tu vida si decides confiar en Él paso a paso.
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Nos gustaría agradecer a Editorial Unilit por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.editorialunilit.com
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