Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimenMuestra

"Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre" (Génesis 41:56, 57 RVR1960).

La sabiduría que Dios le dio a José a través de años de pruebas fue la preparación necesaria para hacer provisión para un mundo hambriento. Aunque a nosotros nos puede parecer que estamos desprovistos de palabras y recursos, Dios usa a quienes han encontrado pan en Cristo para alimentar al mundo a su alrededor en tiempos de hambruna.

Cuando el Señor te posicione en el lugar que diseñó para ti, te equipará para ofrecer un manjar de esperanza y verdad que atraerá a personas hambrientas, quebrantadas, heridas y desesperadas que necesitan la sabiduría que Dios te ha dado.

No se trata únicamente de la satisfacción y prosperidad individual. Dios siempre nos bendice para que podamos ser de bendición. Él derrama sobre nosotros, nosotros a su vez derramamos sobre los demás.

Los hijos del Todopoderoso que están vestidos de lino fino y están satisfechos con Su presencia, entienden en humildad que el deseo de Dios siempre es que esa abundancia se comparta. Y la hambruna fue precisamente lo que Él usó para unir a la familia nuevamente.

La reunión

En Canaán, la familia de Jacob se estaba quedando sin comida. Enviados por su padre, los 10 hermanos siguieron el mismo camino a Egipto que su hermano enfrentó solo 22 años antes. ¿Pensaron en él mientras acampaban en el camino? ¿Se preguntaron cómo debe haber sido para él viajar solo años atrás? ¡Deben haber pensado en él!

Cuando finalmente llegaron a Egipto, lo último que tenían en mente era encontrarse con su hermano muerto, José, y que los sueños que pensaron que habían detenido estaban a punto de convertirse en realidad.

Cuando se inclinaron ante él, José reconoció a la misma vez a sus hermanos y al cumplimiento de sus sueños en un abrir y cerrar de ojos. Qué esperado (dos sueños significaban que definitivamente sucedería), pero qué inconcebible. Que sorpresa ver sus rostros arrugados, sus canas y la dinámica entre ellos después de casi dos docenas de años, mientras resistía la tentación de reaccionar impulsivamente. En nanosegundos, cientos de pensamientos y emociones le invadieron. ¿Su primer instinto fue abrazarlos o golpearlos? ¿Quería revelar su identidad en ese momento o consideró ocultarla por completo? ¿Estaba Jacob vivo? ¿Dónde estaba Benjamín? ¿Alguno de ellos me reconocerá?

Después de vivir en Egipto tanto tiempo, José dominaba el idioma, respondía al nombre de Zafnat-panea y, debido a su posición política, tenía la apariencia de un egipcio. Era costumbre que los hombres egipcios se afeitaran por completo, usaran pelucas y maquillaje alrededor de los ojos que ayudaba a protegerse de las infecciones y el resplandor del sol.

Los hermanos no habrían imaginado que este hombre poderoso fuera José, quien según ellos estaba muerto. Aunque José no había olvidado su lengua materna, les habló a través de un intérprete. Los hermanos no tenían ni idea de ante quién se estaban inclinando, y con toda la fuerza de voluntad que se necesitó para contener esa información, José la usó a su favor.

Las pruebas

La Biblia no explica por qué José elaboró los planes que puso en marcha cuando se reencontró con sus hermanos o por qué no se identificó ante sus hermanos en el momento en que los vio.

Entonces, por la razón que fuera, José encarceló a los hermanos durante tres días. Creo que necesitaba tiempo para planificar y luego de tres días, los envió a todos de vuelta, excepto a Simeón que dejó encarcelado. Así puso su plan en marcha: ¡regresen con Benjamín o no regresen!

Recuerda, José estaba seguro de que la doble revelación de los sueños de Dios significaba que se cumpliría, y que aún quedaban cinco años más de hambruna por delante. Así que, independientemente de cuánto tiempo les tomara, la familia estaba obligada a regresar para comprar más comida dentro de ese período de tiempo. No creo que José estuviera tratando de ser cruel o vengativo con sus hermanos. Su interacción con ellos puso a prueba la profundidad de su perdón y destacó su humilde aceptación de la forma redentora en que Dios tornó su sufrimiento en bendiciones. Mañana descubriremos más evidencia de la sanidad de José.