30 Días Con La Palabra Viva Y EficazMuestra

La palabra que hace vivir lo seco

Hay lugares en lo profundo de nuestro ser donde ya no esperamos que haya vida. Zonas secas. Sin lágrimas, sin esperanza y sin fe. Son promesas que no se cumplieron, sueños que se rompieron, oraciones que se apagaron. Y como el profeta Ezequiel, miras tu valle interior y solo ves huesos secos… demasiados… demasiado secos.

Pero entonces Dios pregunta: “¿Podrán revivir estos huesos?” (Ezequiel 37:3). Y aunque no tengas respuesta, él sí la tiene. No te pide que los revivas tú, sino que profetices su palabra sobre ellos, porque su voz sigue teniendo el poder de traer vida donde ya nadie espera nada.

Tal y como el SEÑOR me lo había mandado, profeticé. Y, mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. […] Entonces el SEÑOR me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el SEÑOR omnipotente: ´Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan’ ”» (Ezequiel 37:7-9, CST).

¡Y los huesos vivieron! Porque cuando la voz de Dios irrumpe en lo imposible, hasta lo seco respira. Hoy, deja de hablarle a tu valle con quejas, y comienza a hablarle con la palabra de Dios. Porque la Biblia no es solo un consuelo: es aliento divino, soplo de vida, resurrección espiritual.

Hay cosas en tu vida que aún no han terminado. Hay propósitos que Dios no ha cancelado. Si su palabra es viva y eficaz, entonces ningún valle puede ser tu final.

Oración

Dios de lo imposible, hoy te entrego todo lo seco que hay en lo más profundo de mi ser: sueños rotos, fe dormida, promesas olvidadas. Sopla tu aliento sobre mi valle interior y haz que tu palabra haga brotar vida donde ya no espero más nada. Que tu voz me resucite desde adentro, trayendo propósito a mis ruinas. No quiero vivir de lamentos, sino de tu poder que no solo habla sino que también levanta.

En el nombre de Jesús.
Amén.