Salmo 91: Protección Sobrenatural En Tiempos De AnsiedadMuestra

ENFRENTANDO OPOSICIÓN Y ENEMIGOS

El Salmo 91 trae a nuestra mente y retina imágenes de seguridad extrema que, en forma poética, nos ponen frente a una protección que sabemos que va mucho más allá de lo inmediato o lo físico.

Pablo lo hubiera expresado en términos de que su convicción estaba en que sabía que, ya fuera por vida o por muerte, sería liberado. ¡Qué manera tan increíble de comprender el concepto de liberación! No como una especie de “seguro de accidentes terrenal”, como algunos entienden el salmo que nos ocupa, sino teniendo una visión que trasciende lo inmediato y lo físico.

No puede ser de otra forma si consideramos las dificultades que impone el tipo de enemigos que enfrentamos. Todos ellos orquestados por el Enemigo por antonomasia, en quien no hay ninguna clase de bien, y cuyo poder es grande. ¡Claro que podemos encontrarnos ante daños variados y que nos aterrorizan! Sin embargo, lo que el Salmo 91 nos plantea es que Su poder, el de Dios en Cristo, es más grande que cualquier amenaza.

De la misma forma que podemos orar equivocadamente (incluso desde el ejercicio de intentar tener fe), pensando en el monte que queremos mover y no en Quien tiene verdaderamente el poder de cambiarlo de sitio, también podemos enfrentarnos a nuestras dificultades depositando bastante más la mirada en los enemigos que enfrentamos y no en el poder sobrenatural que obra en cada creyente (y a veces, pero no siempre, en sus circunstancias).

El que está en nosotros y por nosotros siempre es más grande. La fe no se deposita en cosas o acciones, sino en la realidad de quién es Él y de dónde viene la promesa de seguridad que el Salmo 91 nos ofrece. El poder que obra en nosotros es, nada menos, que el mismo que produjo la resurrección de Jesucristo, y esto solo puede –contra todo pronóstico o intuición humana– traernos paz sobrenatural que sobrepasa todo entendimiento en medio de la adversidad.

En Cristo ya no somos más víctimas, pase lo que pase. Somos más que vencedores. Ni fuerzas terrenales ni sobrenaturales son más potentes que nuestro Dios, y Su nombre está comprometido a favor nuestro.

El Salmo 91 es una declaración extraordinaria de ese compromiso. En ocasiones lo veremos alrededor, en el aquí y ahora. En otros momentos, pasando o sucumbiendo, incluso, al valle de sombra de muerte, lo corroboraremos también, aunque de forma distinta.