Salmo 91: Protección Sobrenatural En Tiempos De AnsiedadMuestra

BUSCANDO UN REFUGIO SEGURO
En tiempos de ansiedad y angustia, tenemos varias opciones generalmente, y en elegir la correcta nos jugamos, no solo la supervivencia, sino la experiencia de una vida abundante incluso en medio de la adversidad.
Nuestra primera tentación es huir en todo sentido posible. Incluso haciendo como que el problema no existe. Sin embargo, esa nunca fue una buena opción, ni es la opción desde el evangelio. Esforzarnos y ser valientes se alza pronto en nuestra memoria como un contrapeso ineludible ante esa primera inclinación a mirar hacia otro lado.
Ahora bien, ¿en qué consiste enfrentarse, que sería la alternativa? Aquí es donde nuestra confusión frecuente entre temeridad y valentía nos juega malas pasadas. Porque el mandato no es “Esfuérzate y sé temerario”, sino “Esfuérzate y sé valiente”. ¡Y aún hay más! La razón de esto, que ilumina buena parte de la explicación a esa consigna de valentía, es “porque el Señor tu Dios estará contigo donde quiera que vayas”.
Este mismo principio es el que se declara desde las primeras líneas del Salmo 91. El que escoge como refugio el abrigo del Altísimo, se acoge a la sombra del Todopoderoso. Ha elegido refugio, el mejor de todos, y por tanto la respuesta que da ante su dificultad no es tan sencilla como elegir entre “huir” o “ir con todo, temerariamente”, sino que escoge una posibilidad que al creyente nunca debiera escapársele:
- huimos de pelear el asunto en solitario,
- nos escogemos un refugio donde escondernos y ampararnos,
- y desde esa posición estratégica enfrentamos la dificultad,
- porque no solo en Dios nos refugiamos: es que Él es nuestra fuerza.
En medio del miedo y la angustia, no negamos el temor, sino que escogemos dónde habitamos. Todo empieza, entonces, por una decisión.
Incluso el “valiente” que quiere enfrentarse en solitario a trampas, cazadores, plagas, terrores de la noche, sombras o enemigos varios, es un temerario en todo el sentido del término. Nadie se hace más débil que cuando se cree demasiado fuerte.
El salmista lo tiene claro: nuestra fortaleza es el Altísimo. El Señor es nuestro refugio. Él es nuestra protección, el Dios en quien confiamos, el que ordena a sus ángeles que nos cuiden en el camino, el que nos libra y protege, incluso más allá de la muerte.
En Él nos escondemos para enfrentar, desde Él, los peligros que nos acechan. Y hay que ser valiente para hacer eso.
Escrituras
Acerca de este Plan

El Salmo 91 ha sido, por muchos siglos, un espacio de búsqueda de seguridad y protección para los creyentes en medio de la angustia y la ansiedad. El mundo es un lugar hostil en el que nos sabemos muy pequeños y frágiles, pero el salmista nos recuerda que tenemos un Dios más grande que cualquier peligro. De nuestra parte queda, frente a esta realidad, la decisión de colocarnos bajo sus alas, para encontrar refugio seguro.
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: linktr.ee/LIDIAMARTINPSICOLOGA
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