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El Shaddai

El Shaddai se traduce comúnmente como “Dios Todopoderoso” o “Dios de toda suficiencia”. La palabra Él en hebreo significa “Dios” y denota fuerza y autoridad. Shaddai tiene dos posibles raíces:

• De shad (“pecho”), evocando la imagen de un Dios que nutre, alimenta y cuida como una madre a su hijo.
• De shaddu (“montaña”), símbolo de estabilidad, grandeza y poder inconmovible.

Este nombre aparece por primera vez en (Génesis 17:1), cuando Dios se presenta a Abram para confirmar Su pacto y prometerle descendencia, aun cuando humanamente parecía imposible. El Shaddai es el Dios que no solo tiene el poder para cumplir lo que promete, sino también la ternura para sostener y suplir a Su pueblo.

Vivir bajo la revelación de El Shaddai es aprender a descansar en un Dios que es a la vez infinitamente poderoso y profundamente tierno. Cuando Dios se presentó a Abram como El Shaddai, no lo hizo en un momento de victoria, sino en una etapa de espera prolongada, cuando las promesas parecían lejanas y humanamente imposibles. Esto nos enseña que la suficiencia de Dios se revela con mayor claridad en nuestras limitaciones.

El Shaddai no solo tiene la fuerza para abrir mares, derribar muros o resucitar muertos; también tiene la ternura para alimentar a un pueblo en el desierto, consolar a un corazón quebrantado y sostener a un hijo que apenas tiene fuerzas para seguir. Su poder no es distante ni impersonal: es un poder que se inclina, que abraza, que provee.

En la vida diaria, confiar en El Shaddai significa:

• Rendir el control: reconocer que nuestras fuerzas, recursos y estrategias no son suficientes, pero las Suyas sí.
• Esperar con fe activa: no cruzarnos de brazos, sino caminar en obediencia mientras Él abre las puertas correctas.
• Vivir con gratitud: entendiendo que cada provisión, cada oportunidad y cada victoria vienen de Su mano.

Cuando habitamos “bajo la sombra del Omnipotente”, no solo encontramos protección, sino también dirección y propósito. Esa sombra no es un lugar de pasividad, sino de confianza activa: seguimos avanzando, pero bajo Su cobertura. El Shaddai nos recuerda que no hay promesa demasiado grande para que Él la cumpla, ni necesidad demasiado pequeña para que Él la note. Y cuando Su respuesta parece tardar, no es porque haya olvidado, sino porque está obrando en un tiempo perfecto que muchas veces solo entendemos después.

1. ¿En qué área de tu vida necesitas experimentar hoy la suficiencia de El Shaddai?
2. ¿Cómo puedes recordar diariamente que Su poder y cuidado son inseparables?
3. ¿Qué promesa de Dios necesitas creer con fe renovada?

Y tú, ¿tienes al Dios todopoderoso en tu vida?