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Jehová Shalom

Jehová Shalom significa “El Señor es Paz”. Este nombre aparece por primera vez en la historia de Gedeón, en un contexto de opresión, miedo y desesperanza. Israel estaba siendo asolado por los madianitas, y Gedeón se escondía trillando trigo para no perderlo. En ese momento de temor, el ángel de Jehová se le aparece y lo llama “varón esforzado y valiente”, asegurándole que Dios estaba con él.

Cuando Gedeón comprende que ha visto al mensajero divino, teme morir, pero Dios le dice: “Paz a ti; no tengas temor, no morirás”. Entonces, Gedeón edifica un altar y lo llama Jehová Shalom.

En hebreo, shalom no es solo ausencia de guerra. Es plenitud, bienestar integral, armonía con Dios, con uno mismo y con los demás. Implica seguridad, prosperidad espiritual y descanso interior. Este nombre nos revela que la paz verdadera no es un estado emocional pasajero, sino una condición que fluye de la presencia y el carácter de Dios.

Jehová Shalom se revela en medio de nuestras batallas internas y externas. No espera a que todo esté en orden para ofrecernos paz; al contrario, Su paz llega en medio del caos. Esto nos enseña que la paz de Dios no depende de la ausencia de problemas, sino de la certeza de Su presencia.

En tiempos de ansiedad, incertidumbre o conflicto, podemos recordar que la paz de Dios:

• Guarda nuestro corazón y nuestra mente.
• Nos capacita para actuar con valentía, como a Gedeón.
• Es un testimonio vivo para quienes nos rodean, mostrando que nuestra confianza está en Él.

Vivir bajo el señorío de Jehová Shalom significa aprender a rendir nuestras cargas, pensamientos y emociones a Su control. Es elegir confiar en Su soberanía cuando no entendemos el panorama completo. Es permitir que Su paz gobierne nuestras decisiones y relaciones. Cuando edificamos “altares” en nuestra vida —momentos de gratitud, adoración y entrega—, estamos declarando que nuestra paz no viene de las circunstancias, sino de Aquel que es la Paz misma.

1. ¿En qué área de tu vida necesitas experimentar hoy la paz de Jehová Shalom?
2. ¿Qué pasos prácticos puedes dar para rendir tus temores a Dios?
3. ¿Cómo puedes ser un portador de Su paz en tu familia, trabajo o comunidad?

Y tú, ¿tienes la Paz de Dios?