Mi Tesoro Está en El Cielo: Duelo Por La Ausencia en Compañía De DiosMuestra

Día 7. Consolando a otros

Con el paso del tiempo empezamos a ver el propósito de Dios frente a la partida de nuestro ser amado y cómo nosotros podemos dar fruto a pesar del dolor. El Señor nos recuerda que Él es vida y vida en abundancia (Juan 10:10), es decir, en Él hay eternidad. Confiemos en las promesas de Dios, para mantener la esperanza y dar testimonio a otros de lo que Dios hace cuando descansamos en Él.

Recordemos el propósito de la partida de nuestro ser amado y enseñemos a otros (por medio de la palabra de Dios), lo pasajero de este mundo y lo eterno del Reino de los cielos.

Dios nos anima a consolar a otros como Él nos consuela (2 Corintios 1:3-4) y nos fortalece en todo momento. Dispongamos nuestro corazón y llevemos Su mensaje de esperanza eterna.

“¡Pero benditos sean aquellos que solo confían en mí! Son como árboles plantados a la orilla de un río: extienden sus raíces hacia la corriente, el calor no les causa ningún daño, sus hojas siempre están verdes y todo el año dan fruto.”
(Jeremías 17:7-8 TLA)

Oración:

Amado Dios, me duele la ausencia de mi ser amado, lo extraño y siento nostalgia cuando lo pienso; dame fuerza para seguir adelante, para avanzar y de tu mano sobrellevar este dolor, ayúdame a entender tus propósitos y guíame para poder guiar a otros. Gracias por entender mi condición humana, por tenerme paciencia y por ayudarme a caminar de tu mano. ¡espero en ti, te amo por siempre!

Mi tesoro es Dios, mi tesoro es terno, mi tesoro está con Dios, mi tesoro está en el cielo.

Lectura: Salmo 34:17-20; Isaías 57:15; Juan 11:25-26, Romanos 12: 1-2