Lamento Con Propósito: Aprendiendo De JeremíasMuestra

Cuando consideramos a Cristo recobramos ánimo y recordamos que Él es digno de todo nuestro esfuerzo.
Jeremías tenía una misión poco agradable: anunciar que vendría el juicio de Dios si el pueblo no se arrepentía de su pecado. Pero por mucho que predicó, solo vio el endurecimiento de sus corazones y recibió el desprecio del pueblo.
Desafortunadamente, tal fue su pena que quiso renunciar y negarse al llamado de Dios, por lo que se dijo a sí mismo que no recordaría ni hablaría más en el nombre del Señor, pero por más que lo intentara, un fuego ardía en su interior y no podía contenerse de cumplir su misión (Jeremías 20:7-9). Lo que significa que el Señor lo cautivó para que le obedeciera, sin importar el costo.
Recuerda que al igual que Jeremías, todos tenemos un propósito y desanimarse, renunciar o quedarse en el lamento no es parte de ello. La prueba que enfrentamos, sin duda, fue ordenada por Dios con un propósito y aunque no seamos capaces de entenderlo, nuestro llamado sigue siendo el mismo: ser fieles a Dios; aunque la situación que nos disgusta no cambie, nuestro propósito es vivirla en santidad y glorificando a Dios en medio de ella.
Es importante que tengas a consideración que la fuerza para hacerlo la encontraremos al considerar a Cristo, quien soportó la ira de Dios por rescatarnos de la condenación eterna pues la misión que se le otorgó no fue nada fácil. En su momento de mayor agonía expresó: «“Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras”.». (Mt 26:39b). En ese instante, deseaba escapar del calvario que le esperaba; sin embargo, fue mayor su deseo por cumplir la voluntad del Padre; esto es lo que debemos recordar para no desfallecer.
Cuando consideramos a Cristo recobramos ánimo y recordamos que Él es digno de todo nuestro esfuerzo para perseverar en las pruebas y hacer su voluntad, sin importar el costo.
- Aprende: ¿Cómo ver el ejemplo de Cristo te anima a seguir perseverando en la prueba?
- Vive: ¿Cómo puedes cumplir glorificar a Dios en medio de tu aflicción?
- Lidera: Anima a una hermana que esté atravesando una aflicción recordándole lo que Cristo padeció por ella.
Oración
Padre, reconozco que mi ánimo está decaído, soy débil y me cuesta enfrentar esta prueba. Deseo ser librada de esta aflicción, pero si es tu voluntad que aún las cosas no cambien, te pido que me ayudes a recobrar el ánimo y las fuerzas para serte fiel, vivir en santidad y glorificar tu nombre. Amén.
Acerca de este Plan

¿Qué podemos hacer cuando todo se derrumba, cuando el dolor pesa y las lágrimas no paran? Jeremías nos muestra que es válido llorar, lamentar y sentir el peso de la vida. Pero también nos recuerda algo poderoso: en medio del caos, Dios sigue siendo fiel.
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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.reformadas.com