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Día 24: El Espíritu Santo me guía

Historia
¿Alguna vez has jugado a “la gallinita ciega”, donde te tapan los ojos y alguien te guía con su voz para que no choques? Confías en esa voz para llegar a la meta. O quizás has usado un GPS en el carro. Te dice: “En 200 metros, gira a la derecha”. No ves el camino completo, pero confías en que te está llevando al lugar correcto. Cuando Jesús se fue al cielo, no nos dejó solos y a ciegas. Nos dio el mejor guía que existe: el Espíritu Santo. Él es como esa voz de confianza y ese GPS perfecto que vive dentro de ti. No siempre te mostrará el mapa completo, pero siempre te indicará el siguiente paso a dar.

📖 Versículo clave

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.” — Romanos 8:14 (NVI)

Explicación
Este versículo nos da una señal de identidad increíble: si eres hijo de Dios, tienes acceso a su guía personal. Pero, ¿cómo habla el Espíritu Santo? No es una voz fuerte que todos escuchan. Es más como un susurro en tu corazón. A veces te da paz cuando tomas una buena decisión. Otras veces te sientes un poco incómodo cuando estás a punto de hacer algo que no está bien.

Aprender a escucharlo es como entrenar tu oído para reconocer la voz de tu mejor amigo en medio de una multitud ruidosa.

Aplicación práctica
Antes de tomar una decisión hoy (aunque sea pequeña), ora: “Espíritu Santo, guíame.”

🙏 Oración familiar
Querido Espíritu Santo, gracias por vivir en mí y por ser mi guía. Perdóname por las veces que ignoro tu voz y prefiero seguir mi propio camino. Ayúdame a estar más atento a tus susurros. Enséñame a reconocer tu paz y a obedecer tu dirección. Quiero caminar contigo en cada decisión, pequeña y grande. Amén.

🧭 Dato para niños
Los antiguos marineros usaban estrellas para guiarse. Hoy tenemos GPS. ¡Y los cristianos tenemos al Espíritu Santo!