Legado: Encendamos una fe que permaneceMuestra

Levante un corazón agradecido
Vivimos en una sociedad donde muchos miden el valor de la vida por lo que poseen: éxito, salud, dinero, reconocimiento o bienes materiales. Pero, ¿qué pasa cuando usted siente que le faltan muchas de esas cosas, o cuando ve que otros parecen tener más que usted? En esos momentos el enemigo no tarda en susurrarle al oído: «Te falta mucho para ser feliz». Pero entonces, usted acude a la Palabra de Dios y el evangelio grita con mayor fuerza: «¡Si tienes a Cristo, lo tienes todo!»
Al cantar la canción «Gracias/Tu fidelidad», recordamos que, aunque el mundo insiste en que no somos suficientes sin sus tesoros, en Cristo ya hemos recibido el regalo más valioso: su salvación. Tal como proclama la letra, él nos tomó en sus brazos, nos dio nueva vida, derramó su amor en nuestros corazones y nos abrió las puertas del trono celestial. ¿Cómo no vivir con gratitud ante tan grande regalo?
Sin embargo, lo cierto es que muchas veces lo olvidamos. Nos dejamos arrastrar por la rutina y por las comparaciones. Nuestra mirada se desvía de la cruz hacia lo que no tenemos, y el corazón empieza a llenarse de quejas, ansiedad o inconformidad. Nos volvemos insensibles a lo eterno porque estamos distraídos por el placer inmediato. Pero cuando volvemos a contemplar el amor inmerecido de Cristo, nuevamente todo se alinea: recordamos que no merecíamos nada, pero lo hemos recibido todo, y en ese momento nace otra vez la gratitud que transforma la queja en alabanza y el vacío en plenitud.
Por eso, vivir con un corazón agradecido es un acto de adoración, fe y humildad. Es reconocer el valor incomparable de Cristo y entender lo efímero y vano de las cosas terrenales. Es comprender que todo lo que tenemos proviene de Dios, no de nuestro propio mérito. Aunque muchas veces las circunstancias no parecen favorables, elegimos creer que Dios sigue obrando, que su fidelidad no falla y que su amor siempre será suficiente.
Así que, independientemente de la etapa o circunstancia que esté atravesando, si tiene a Jesús, si goza de su gloriosa salvación y de una relación cercana y personal con él, hoy puede levantar la voz con convicción y declarar con fuerza: ¡Gracias, mi Señor Jesús! Porque usted es poseedor del tesoro más grande al que cualquier ser humano puede aspirar: conocer a Dios y ser amado por él.
Haga esta oración de todo corazón:
«Señor, enséñame a vivir con un corazón agradecido. Ayúdame a comprender, cada día, que Cristo es suficiente; que su fidelidad es grande e incomparable; que su sangre me ha lavado de todo pecado, y que gracias a él puedo acercarme con confianza al trono de tu gracia.
»Gracias, Señor, por amarme y darme tu vida, aun cuando no lo merezco. Que esta verdad transforme mi manera de vivir, y que a partir de hoy, pueda honrarte con cada pensamiento, palabra y aliento de mi ser. Amén».
Acerca de este Plan

En medio del ruido del mundo, de las pruebas y el desgaste diario, reconectémonos con las verdades eternas de la Palabra para apreciar su gracia, despertar gratitud y buscar renovación espiritual. Encendamos nuevamente nuestro corazón en pasión por Cristo, pues fuimos creados para vivir en comunión con él, brillar en la oscuridad y predicar el mensaje de esperanza. Este plan fue creado con motivo del álbum «Legado» de Marcos Witt. Porque no hay mejor legado que una vida que, al pasar los años, mantiene un amor ferviente y una fe constante, firme y encendida por nuestro amado Jesucristo.
More
Nos gustaría agradecer a CanZion por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: canzion.com