Florece: Vive Centrada en La Verdad De CristoMuestra

Libre de lo que piensan los demás de ti
Preocuparnos por el qué dirán impacta nuestras decisiones. Tanto las decisiones grandes como las pequeñas, con demasiada frecuencia están regidas por: ¿Qué pensará la gente de mí? Nuestro intento de responder esa pregunta puede llegar a ser una corriente interna tan fuerte, que ni siquiera somos conscientes de su influencia. Puede estar en los muebles para el hogar que elegimos, en cómo ponemos la mesa y en las macetas que colocamos en el patio. Puede estar en el automóvil que conducimos y en las decoraciones navideñas que elegimos para el frente de nuestra casa. Y puede estar allí, en los libros que leemos, los restaurantes que frecuentamos y los lugares que elegimos para vacacionar.
Cualquiera que sea el problema —nuestra apariencia, nuestra familia, nuestro hogar o nuestros hijos— apagamos el gozo de nuestra fe y dañamos nuestro testimonio de Cristo si llevamos una vida de preocupación por lo que pensarán los demás de nosotras. Parece contrario a las expectativas lógicas, pero la felicidad no proviene de que los demás piensen bien de nosotras, sino de pensar menos en nosotras mismas.
El problema no es la angustia emocional que produce o que nos importa demasiado lo que los demás piensan de nosotras. El problema es pensar demasiado en nosotras mismas, punto. Vivir libre de esta tendencia comienza con el discernimiento. Comienza con establecer la relación entre esta tendencia y lo que estamos consumiendo, no solo de nuestra cultura, sino también de enseñanzas que no aplican correctamente la Palabra de Dios a nuestra vida cotidiana. Y, finalmente, reconocer que esas influencias nos capturan porque nuestro corazón se identifica con lo que ofrecen: el bienestar personal, el éxito y la admiración de nuestros semejantes. Nuestra forma de actuar es prueba de que anhelamos esas cosas. La Palabra de Dios indica claramente que eso produce una esclavitud:
"El temor del hombre pondrá lazo;
Mas el que confía en Jehová será exaltado" (Pr. 29:25 RVR1960).
Este proverbio va dirigido a las personas propensas a complacer a los demás, a las que buscan su bienestar en la buena opinión de los demás. Sin embargo, buscar el bienestar en la opinión de las personas desplaza a Dios del lugar que le corresponde en nuestro corazón. Hemos sido creadas para complacer solo a Dios.
A fin de cuentas, el temor del hombre es el anhelo de complacernos a nosotras mismas; queremos que los demás nos admiren para poder sentirnos valiosas e importantes. Sin embargo, Dios es Aquel cuyo valor e importancia estamos llamadas a exhibir. De modo que el proverbio arroja luz sobre el problema de complacer a los demás, pero también nos muestra la salida. La confianza en el Señor es lo que nos libra de esa trampa. Si dejamos de mirarnos a nosotras mismas y ponemos nuestra mirada en el Señor, encontramos que Él es digno de confianza y fiel para ser todo lo que ha prometido ser y para hacer todo lo que ha prometido hacer.
Algo sorprendente sucede a medida que crece nuestra confianza: nuestros pensamientos están mucho menos orientados hacia nosotras mismas y tenemos una nueva alegría de vivir. Experimentamos la libertad que proviene de vivir bajo la mirada fija de Aquel que nos ama, y no tenemos nada que demostrar, porque Cristo lo demostró todo por nosotras.
Al crecer en confianza, nuestra visión de los demás también cambia. No vemos a los demás como una medida de nosotras mismas, sino como personas a quienes amar. Dejamos de usar a los demás y comenzamos a servirlos. Intentamos enfocarnos en los demás, pero no con nosotras mismas como el punto de referencia. Estas son las bendiciones de dejar de pensar en nosotras mismas.
Señor, ayúdame a vivir para agradarte solo a Ti, y a encontrar en Tu aprobación mi verdadera libertad y gozo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

A través de ideas prácticas y una profunda exploración de las Escrituras, estos devocionales te inspirarán a fijar tu mirada en Cristo, la verdadera fuente de paz y satisfacción, dejando atrás las falsas promesas del amor propio y las tendencias culturales.
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Nos gustaría agradecer a Editorial Portavoz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.portavoz.com/florece