Sin FiltrosMuestra

Sinceramente
Hoy, en el grupo pequeño, estábamos estudiando a Noemí y a Rut. Al ver su historia, vino a mi mente cómo me he sentido últimamente. Noemí estaba dejando atrás su pasado, su vida, su dolor y su temor.
Durante la reflexión sobre su pérdida, vimos cómo hay cosas o personas que, sin darnos cuenta, llegan a ocupar el lugar de Dios en nuestras vidas. Estas situaciones pueden generar la misma amargura que sintió Noemí al ver que perdía aquello que la sostenía… lo que, en realidad, solo Dios debía ocupar.
Y hoy me pregunto: ¿Qué está ocupando el lugar de Dios en mi vida?
Porque hay momentos en los que me siento tan lejos de Él, tan amargada y enojada.
Y me cuestiono: ¿En qué momento dejé que algo más tomara Su lugar?
A veces tomamos decisiones sin buscar la voluntad de Dios, creyendo que sabemos lo que hacemos, pensando que es lo mejor para nuestra vida. Pero es entonces cuando nos desviamos de Su camino. Nuestros pensamientos no son los Suyos, y eso trae consecuencias: problemas, tristeza, dudas y temores.
Hay unos versículos que Dios me dio hace mucho tiempo, pero hoy me doy cuenta de que no los he llevado a la práctica. Más bien, he hecho lo contrario.
(Proverbios 3:5–7)
He dejado de gozarme en Su presencia porque no confié en Él con todo mi corazón. Me creí sabia al tomar decisiones por mi cuenta. Y, al igual que Noemí, he sentido amargura por lo que ha sucedido.
La Palabra de Dios no es solo para leerla o memorizarla.
Es para obedecerla y vivirla.
¿Quieres conocer la voluntad de Dios?
Obedece. Déjate guiar por Sus mandamientos.
Es entonces cuando conocerás Su voluntad y recibirás la sabiduría que proviene de Él para tomar decisiones correctas.
Hoy Dios me ha dado una lección:
“Te he dado Palabra para que seas sabia, para que seas valiente.
Palabra para que tengas gozo en mi presencia, cada día, cada momento.
Porque, como te he dicho: Yo estoy contigo siempre.
No soy Yo quien se aleja, quien te hace sentir mal o desea tu mal.
Eres tú, buscando lejos de Mí lo que Yo ya tengo listo para ti.”
¡Abre tu corazón!
Pensando en...
Dios te ha hecho bien.
Él escuchó tu oración. No te ha olvidado. En Su mente, siempre has estado tú. Él ha cuidado de ti. Te escucha, inclina su oído, siempre está contigo.
Dios ha hecho bien. Oyó tus peticiones, contestó tus oraciones, suple tus necesidades, cumple sus promesas.
Derrama bendiciones, te cuida, te protege y te da paz. Ten confianza. Ten esperanza. Dios te ha hecho bien. ¡Canta, alaba, danza con gozo y alegría!
Sé agradecida con el Señor… ¡porque Dios te ha hecho bien!
Oración.
Papá, Sé que te he fallado, que muchas de mis decisiones no han sido conforme a tu voluntad. Aunque conozco tu Palabra, a veces no la he puesto en práctica, y eso me ha llevado a desobedecerte.
Te pido que me perdones y seas Tú quien me guíe. Que tus pensamientos sean mis pensamientos, y tus caminos, mis caminos. Ayúdame a ser obediente a tus mandatos.
En el nombre de Jesús, amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

A veces en silencio cargamos con pensamientos que duelen, con tristezas que pesan, con enojos que no entendemos y errores que avergüenzan. Callamos por miedo… miedo a ser juzgados, a no ser comprendidos, a que nos miren distinto. Pero si Dios ya conoce cada rincón de nuestro corazón, cada herida, cada tropiezo… y aun así no deja de amarnos, ¿por qué temer lo que puedan pensar los demás? He fallado. He ocultado partes de mí por miedo a no ser suficiente. Muchas veces me puse filtros para no mostrar mi fragilidad. Hoy, con el alma en la mano, decido quitarlos.
More
Nos gustaría agradecer a Tammy Gomez Astivia por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: instagram.com/tammygomas