La Biblia… Luz en Mi CaminoMuestra

Día 7: El Pueblo del Libro

Desde la antigüedad, se ha reconocido a los judíos y cristianos como El Pueblo del Libro, no es para menos, la Biblia es la fuente de autoridad para la fe, la esperanza y la conducta cristiana. A lo largo del Salmo 119, hemos visto el corazón de alguien profundamente comprometido con la Palabra de Dios. Cada versículo refleja un anhelo sincero: conocer a Dios más, obedecerle mejor y permanecer firme aun en medio de la prueba.

El salmista no buscaba sólo información, sino transformación. Amaba la Palabra porque entendía que en ella encontraba dirección, consuelo, verdad y vida. Así lo expresó: Tu palabra es una lámpara a mis pies;es una luz en mi sendero (v. 105).

Hoy cerramos este corto devocional, pero no cerramos nuestro caminar. Que el tiempo en este salmo despierte en nosotros ese mismo deseo: vivir una vida guiada por la Palabra, no ocasionalmente, sino cada día.

Inclinar el corazón a Dios no es un acto único, sino una decisión diaria. El versículo 112 dice: Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos de continuo, hasta el fin. Ese es el llamado: constancia, entrega y amor por Dios a través de su Palabra hasta el día que nuestro Señor Jesús vuelva.

Oración:

Señor, gracias por tu Palabra que es viva y poderosa. Hoy te entrego mi corazón una vez más. Ayúdame a buscarte cada día, a escuchar tu voz y a obedecer con amor. Que tu Palabra sea mi guía, mi consuelo, mi fundamento y mi esperanza. Amén.