¿Tengo Que Ir a La Iglesia?Muestra

No es una obligación, es una revelación

Congregarse no es una regla. Es una respuesta. Cuando entiendes quién eres en Cristo, estar con otros creyentes deja de ser una rutina, y se convierte en un deseo. No porque alguien te lo impone, sino porque algo dentro de ti se enciende cuando te reúnes con otros que también llevan a Jesús dentro.

La iglesia no es una lista de actividades semanales. Es un espacio donde el amor toma forma concreta. Donde se comparten cargas, se ora con fe, se ríe con esperanza, y se sirve con gozo. Y ese tipo de comunidad no se encuentra en cualquier lado. Es única. Es sobrenatural.

Cuando te congregas, no solo das… también recibes.
Recibes ánimo cuando estás débil.
Recibes dirección cuando estás perdido.
Recibes gracia cuando sientes que no mereces nada.

No se trata de cumplir con una obligación. Se trata de vivir una revelación: que Dios te diseñó para caminar acompañado. Para crecer con otros. Para ser iglesia, no solo en soledad, sino en comunidad viva.

Así que si sientes cansancio o desmotivación, no te alejes. Acércate. Porque ahí, en la unión, hay sanidad, hay dirección… y hay propósito.