Amando a Dios Con La MenteMuestra

"Nuestros Hermosos Cerebros"

En su libro, El cuerpo secreto Daniel M. Davis describe la asombrosa complejidad del cerebro de la siguiente manera:

Un cerebro humano está formado por 86.000 millones de neuronas, y cada una tiene multitud de hebras largas y delgadas que sobresalen de su cuerpo celular principal: dendritas, para recibir señales y un axón para enviarlas. En total, los 86.000 millones de neuronas están conectadas por alrededor de 100 billones de sinapsis, cada una de las cuales permite que los mensajes se muevan de una célula a otra. Un diagrama de cableado completo del cerebro humano necesita casi tantos datos como todo el contenido digital que se encuentra en el mundo actual.

Este comentario es particularmente digno de mención:

Dentro de tu cabeza está el objeto más complicado que conocemos en el universo. Un pequeño objeto responsable de todo el arte y la cultura, de la creación, de dinero y bombas, de todo lo que la humanidad le ha hecho al planeta y de la extinción de muchas otras especies, por no hablar de nuestros sentimientos, recuerdos, sueños y relaciones personales. Y quizás lo más misterioso, nuestro sentido del yo y la experiencia de tomar decisiones.

Está claro que tenemos que cuidar y nutrir este bien tan preciado. Nuestros cerebros son de vital importancia como criaturas hechas a imagen y semejanza de Dios. Él es el propietario y nosotros somos responsables de su uso y desarrollo. Somos administradores de nuestros cerebros.

Por esta razón, demostrar nuestro amor por Dios con nuestro intelecto, entendimiento y sabiduría son formas de honrar a Dios y bendecir a los demás. Esto implica un proceso de estudio diligente, pasando de la ignorancia al conocimiento y la sabiduría.

Como cristianos, debemos desarrollar nuestro potencial intelectual, independientemente de nuestra capacidad intelectual y logros académicos. Todos somos administradores de cualquier potencial cognitivo y nivel educativo que poseamos.

¡Llevemos nuestros hermosos cerebros a Dios como un acto de mayordomía y adoración!

Oración para memorizar y meditar: "Hijo mío, guarda mis palabras, y atesora mis mandamientos contigo. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi enseñanza como la niña de tus ojos. Átalos a tus dedos, escríbelos en la tabla de tu corazón" (Proverbios 7:1–3 LBLA).

Por Dr. Richard L. Smith