Amando a Dios Con La MenteMuestra

"Un modelo de piedad intelectual"

Probablemente, conozcas la historia de María de Betania, la hermana de Marta y Lázaro. Ella ungió a Jesús con un perfume muy caro como un acto de devoción. Jesús les dijo a sus discípulos que su obra era una preparación para el día de mi sepultura (Juan 12:7). Dijo que dondequiera que se proclame este Evangelio en todo el mundo, lo que ella ha hecho también se contará en memoria de ella (Mt. 26:13).

¿Por qué dijo eso y por qué ella hizo un sacrificio tan costoso para honrar a Jesús? Las respuestas se encuentran en Lucas 10:38–42:

Y ella [Marta] tenía una hermana que se llamaba María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Pero Marta se preocupaba con todos los preparativos (...) Respondiendo el Señor, le dijo: "Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria, y María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada" (LBLA).

Nótese que María se sentó a los pies del Señor, que es la postura de un discípulo. Ella escuchó sus enseñanzas, porque era una ávida estudiante de Jesús.

Debido a que escuchó con un corazón y una mente dispuestos, María percibió algo esencial acerca del Señor. Ella entendió quién era él, el Mesías, y que moriría por su pecado.

María fue una verdadera discípula. La enseñanza y el ejemplo de Jesús transformaron su mente, purificaron sus deseos e inspiraron adoración. Por esta razón, María escogió "la buena parte". Sus esperanzas y preocupaciones más profundas estaban alineadas con la agenda del Señor.

María hizo la "única cosa necesaria", que es escuchar al Señor, aprender de él y aprender a amar a Dios con su mente.

Oración para memorizar y meditar: "Por tanto, amo tus mandamientos más que el oro, sí, más que el oro fino. Por tanto, estimo rectos todos tus preceptos acerca de todas las cosas, y aborrezco todo camino de mentira" (Salmo 119:127–128 LBLA)

Por Dr. Richard L. Smith