Amando a Dios Con La MenteMuestra

"Pensando los pensamientos de Dios después de Él"

El gran científico y matemático protestante del siglo XVII, Johannes Kepler, compuso el memorable dicho: "pensar los pensamientos de Dios después de él". Con respecto a su estudio de astronomía, Kepler escribió: "Las formas geométricas han proporcionado al Creador el modelo para decorar el mundo entero". Descubrir las huellas dactilares de Dios en la creación, sus patrones para "decorar el mundo entero", es una forma de pensar los pensamientos de Dios después de él.

Esta expresión se asemeja a lo que escribió el salmista: "Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz" (Salmo 36:9). Por esta razón, C. S. Lewis dijo: "Creo en el cristianismo como creo que el sol ha salido: no sólo porque lo veo, sino porque por él veo todo lo demás".

Kepler y Lewis reconocieron la soberanía de Dios sobre todo pensamiento y aprendizaje. Procuraban amar a Dios con la mente y deseaban "pensar los pensamientos de Dios según él" dentro de sus campos de conocimiento. Keppler buscó entender los fenómenos naturales como parte de la creación de Dios, gobernados por su ley. Lewis buscó expresar verdades sobre el cristianismo a través de la literatura.

Como criaturas hechas a su imagen, Dios nos diseñó para ver el mundo con su perspectiva. Siempre debemos glorificar a Dios, porque "desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa" (Romanos 1:20–21).

Probablemente no estemos tan dotados intelectualmente como Kepler o Lewis, pero debemos aprender la lección crucial de que "en tu luz vemos la luz". Hoy, quizás más que nunca, necesitamos ver la realidad a través de los ojos del Salmo 36:9 y aprender a "pensar los pensamientos de Dios según él".

Oración para memorizar y meditar: "Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos. Un día transmite el mensaje al otro día, y una noche a la otra noche revela sabiduría. No hay mensaje, no hay palabras; no se oye su voz. Más por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras" (Salmo 19:1–4a. LBLA)

Por Dr. Richard L. Smith